En rechazo a las políticas del gobierno, en todo el país se lleva a cabo el paro general impulsado por la Comisión General de Trabajadores (CGT), que cuenta con adhesión de las dos CTA y casi la totalidad de los gremios locales.
En Rosario no hay clases, los comercios y shoppings están cerrados, no hay atención bancaria, tampoco transporte de colectivos y el servicio de taxis quedó reducido. Tampoco funcionan las bicicletas públicas. Además, no hay expendio de combustibles ni recolección de residuos.
El paro también alcanza a la atención en la administración pública, no se presta en ningún nivel. Pocos bares y restaurantes son atendidos por sus dueños, no existe actividad metalúrgica, las cabinas de peajes están levantadas y solo hay guardias mínimas en sanatorios y hospitales.