Los hinchas de Central sub 40 crecieron escuchando relatos sobre todo tipo de ídolos. Algunos llegaron a ver a Don Ángel Zof conformando uno de sus grandes equipos en la Conmebol 95, otros eran chicos pero tienen recuerdos del campeón 87 que también armó el Maestro, esos mismos habrán visto consagrarse a Omar Palma o al Patón Bauza, a quien además vieron levantar la Copa Argentina como entrenador. Ninguno de ellos llegó a ver en cancha a Aldo Pedro Poy, el mítico hacedor de la palomita, el que se escondió en las islas para no ser transferido y quien fue bicampeón en toda una vida futbolística ligada al club de Arroyito.

Y así tantos otros de los que, debido a la escasa tecnología de la época en la que jugaron comparada con la actual, quedan recuerdos y el boca a boca de los que peinan canas. Como también los que cuentan qué terrible goleador era Mario Alberto Kempes, que anotó más de 90 veces con la camiseta auriazul en un año y medio que pasó por la entidad. Y están aquellos que destacan al Torito Waldino Aguirre, que los hizo en primera y también en el ascenso.

La historia se cuenta completa y hay que estar informados, conocer e interiorizarse, pero vivirla, es aún mejor. Marco Gastón Ruben es la leyenda viviente del pueblo canalla, es el máximo ídolo de toda una generación, los muchachos que superan los 30, los jóvenes que apenas si pasaron los 20, los adolescentes y los más chicos. Todos ellos, llegaron a verlo gritar con una sonrisa de par en par y un puño apretado cada uno de sus 99 goles que lo convierten en el máximo artillero histórico de Central en el profesionalismo. Todos ellos conocen a los otros, pero del 9 de oro saben todo, tienen muy fresco en la memoria el recuerdo de cómo fue cada tanto, cada alegría, cada emoción. La felicidad de este referente, es la de ellos. Esta historia no se la contaron padres o abuelos, la vivieron y se la transmitirán a sus hijos o nietos.

Marco tiene algo especial, es distinto a todos, un aura que transmite. Son muchos (o quizás casi todos) los hinchas de Central, el grupo este del que les hablo, los sub 40, que tiraron junto el taco junto a él para el gol 98 con el que igualó a Aguirre contra River o quienes cabecearon a la par suyo para que la pelota fuera con más fuerza hacia el arco de Franco Armani. Su sueño era el de todos ellos, querían verlo lograrlo y desean que se quede bastante tiempo más para seguir rompiendo marcas. Para que su leyenda sea aún más Gigante, para que haya todavía más historias que contar de este 9 que hace delirar a toda una generación.

Y no solo eso, también logró a fuerza de goles, notables actuaciones, pero sobre todo enormes gestos hacia el club, lograr el reconocimiento de quienes no pueden sacarse de la cabeza, y está bien que así sea, las apiladas a pura potencia del Matador Kempes, la presencia del Patón Bauza en el área propia, en la contraria y en el banco de suplentes, la energía magnética y la simpleza de Don Ángel, la magia de Palma o la historia sacada de cuentos de Roberto Fontanarrosa que fue la vida de Poy en Central. A los de ahora, a los de antes, a los más jóvenes, a los más viejos, a todos convenció.

Pasarán décadas, infinidad de futbolistas podrán convertirse en ídolos del club, quizás hasta surja un fuera de serie que lo supere, en el fútbol nunca se sabe. Lo que sí es un hecho es que este delantero nacido en Fray Luis Beltrán, que siempre mantuvo un perfil bajo, que hasta decidió alejarse del fútbol, tomarse un receso para volver con todo a vivir un año inolvidable como este 2021, ya quedó en la historia grande auriazul, dejó una huella imborrable y la ilusión en todos los hinchas que siga agigantando más su figura, que entre al selecto grupo de los 100 y tanto más que aún le queda por lograr.

Como hoy, que padres o abuelos se llenan la boca para relatar la proeza de tantas glorias que inmortalizaron su figura con la camiseta de Central, dentro de 20, 30, 50 o 100 años, los que hoy son sub 40 hablarán, y podrán hacerlo incluso con el respaldo de los videos, de Marco Gastón Ruben, la leyenda, el goleador récord, el de la sonrisa inmaculada, el que hizo goles de todos los colores, el que podría dar una masterclass de definición. Y lo que es aún más importante, el que hizo feliz a todo un pueblo, a los canallas que se emocionaron hasta las lágrimas el inolvidable 28 de noviembre de 2021.