Por Pablo Andrés Cribioli.
Ayer se produjo un acontecimiento muy singular no sólo por su trascendencia internacional, también por su protagonista: Marcelo Bielsa. La Fifa lo distinguió con el premio Fair Play por ordenarle a sus dirigidos que se dejaran hacer un gol, convencido que a su equipo le habían validado uno inmerecido.
Esto ocurrió en un partido que su equipo, el Leeds disputó con el Aston Villa en la temporada anterior.
Lo conmovedor del caso es que ayer, el Loco Bielsa, que como diría Ferrer tiene ese que se yo,viste?, no concurrió a la ceremonia pero por intermedio de un integrante de su cuerpo técnico y el capitán del equipo,agradeció el premio que le otorgaron y logró simultáneamente que el mundo del deporte, y en especial el del fútbol, a veces tan tacaño y mediocre, primero enmudeciera y luego estallara en aplausos que barrunto,se extendieron a lo largo y ancho del mundo.
Bielsa agradeció a la institución que lo cobija y lo respaldó en aquel momento y a sus jugadores, pero fundamentalmente caló hondo en propios y extraños cuando señaló que su gesto estuvo íntimamente ligado a dos enseñanzas únicas e irrepetibles: las que penetraron para siempre en su personalidad.
La primera y más conmovedora fue la su madre que le inculcó los valores que han diseñado su vida y su personalidad.
La segunda su experiencia inolvidable durante 20 años,en su querido Newells Old Boys.
Hoy no estamos,al menos yo,analizando si Bielsa es un buen técnico o no,si es de Newell’s y esto «irrita» a los que no lo son o si cuando le tocó su turno en la selección nacional insinuó mucho e hizo poco.
Hoy,estas líneas pretenden subrayar la jerarquía moral de este personaje del fútbol argentino,que es rosarino y que moralmente es impoluto.
Felicitaciones LOCO!!!