Este lunes, el presidente de la Nación, Mauricio Macri, acompañado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el ministro de Justicia, Germán Garavano, se refirió al escándalo de la trunca Superfinal de la Copa Libertadores que debían jugar River y Boca, suspendida en dos ocasiones por la lamentable agresión que sufrió el micro que trasladaba al plantel xeneize.
«Necesitamos que los jueces, los fiscales, las fuerzas de seguridad y cada uno de nosotros como ciudadanos trabajemos en conjunto para terminar con la violencia. No me voy a resignar», aseguró Macri y agregó: «Tenemos una parte de la dirigencia que apaña esto, tirar piedras, agredir. No es aceptable, bajo ningún concepto».
De forma categórica, quien fuera presidente de Boca entre 1995 y 2007, remarcó: «Más allá de los operativos policiales no puedo resignarme como presidente a que para organizar un espectáculo haya que militarizar toda la Ciudad, es una locura y no es razonable».
Por otra parte, el mandatario argentino manifestó que el Jefe de Gobierno porteño, Hoacio Rodríguez Larreta, «se hizo cargo» del operativo fallido, mientras que en sintonía con los elogios de Macri al proyecto de ley contra los barras, Bullrich añadió: «Si contáramos con esa ley, los 300 barras que tenían entradas hubiesen estado en comisarías o predios habilitados, lejos de la cancha».
A su vez, Garavano afirmó: «No podemos naturalizar la violencia, hechos que casi impiden que el Congreso funcione. Se atacan instituciones. Esto debe ser rechazado por la dirigencia».
El presidente de la Nación se refirió a lo que representa todo lo que sucedió en torno a la suspendida Superfinal: «Es algo que nos abochorna a todos los argentinos». En cuanto al operativo para la cumbre mundial del G20 que se desarrollará en Buenos Aires este viernes y sábado, dijo: «Hay mucho por hacer, estamos trabajando para lo que viene y que es muy importante para todos los argentinos, nunca en la historia hubo una cumbre de líderes como esta, que es una muestra de apoyo a la Argentina».
