El expresidente brasileño Luiz Inácio ‘Lula‘ da Silva, autorizado por primera vez a abandonar la celda en la que está preso desde abril de 2018, participó hoy en el sepelio de su nieto de 7 años, que murió por una meningitis, tras lo cual regresaba esta tarde a la prisión.
Lula, quien purga en la ciudad de Curitiba dos condenas por corrupción y lavado de dinero, llegó al cementerio donde se realizó la ceremonia fúnebre poco antes del mediodía local y casi dos horas después se despidió de sus familiares para abordar el coche policial en el que inició el viaje de regreso.
El ex jefe de Estado, que recibió el apoyo de decenas de seguidores que lo esperaban en la puerta del cementerio, participó en el velorio, en donde conversó con familiares y aliados políticos y después acompañó a algunos parientes a una ceremonia más íntima en la sala de cremación.