La Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE) impulsa, por segundo año consecutivo, una campaña de concientización sobre la parasitosis intestinal, una afección que, según la Organización Mundial de la Salud, está presente en la quinta parte de la población mundial y, en Argentina, en más del 50 por ciento de los niños.
Si bien las enfermedades parasitarias afectan a personas de toda edad, la población infantil es la más sensible a sufrirla. Y son los niños quienes pueden experimentar, si no se trata, desde malestar general hasta trastornos en su crecimiento y desarrollo intelectual.
“Denominamos parasitosis intestinal a aquellas infecciones causadas por la presencia de parásitos en el intestino. Los parásitos son organismos que requieren para su supervivencia permanecer en otra especie a la que llamamos huésped. Algunos son visibles al ojo humano, otros no, y provocan trastornos en la salud que van desde leves hasta muy serios», explica el Dr. Edgardo Smecuol, gastroenterólogo.
Mediante la campaña 2022, la SAGE busca educar acerca de este padecimiento, que suele ser desconocido por la comunidad. Sin embargo, las fuentes de contagio son muy comunes y entre ellas deben mencionarse: falta del lavado de manos, alimentación con vegetales crudos mal lavados o tratados con aguas no seguras, consumo de agua contaminada y deficiencias en instalaciones sanitarias.
En el caso de los niños, se suman los objetos contaminados que se llevan a la boca.
“Debemos recordar que los parásitos culminan su ciclo cuando llegan al suelo, contaminando las aguas y las redes cloacales, y reproduciendo infecciones”, explica el Dr. Smecuol, y agrega: “Algunos parásitos también pueden encontrarse en la ropa de cama o en toallas, convirtiéndolos en difusores dentro del grupo familiar, y en la tierra, por lo cual andar descalzo se vuelve otra fuente de infección”.
En cuanto a los síntomas, cambian según el parásito que se encuentre en el organismo.
Los más frecuentes son: prurito (picor) anal, dolor y distensión abdominal, vómitos, diarrea y fiebre.
Otros menos frecuentes son la pérdida de peso, la tos, alteraciones del sueño e irritabilidad. La forma de detectar si un niño o adulto está sufriendo parasitosis intestinal es hacer un examen directo de las heces.
Cada tipo de parásito se combate con un medicamento específico y, en algunos casos, debe repetirse el tratamiento unas semanas después, con el objetivo de eliminar los parásitos adultos que nacieron de los huevos que resistieron las primeras dosis de medicamento. A su vez, es indispensable que las personas que conviven en un mismo hogar sigan también el tratamiento, debido al alto grado de transmisión que suele darse dentro de una misma familia.
En Argentina, las parasitosis intestinales impactan principalmente en las poblaciones más vulnerables. La falta de higiene y el difícil acceso al agua potable hacen que la afección se propague de manera rápida y silenciosa.
La inadecuada manipulación de excretas y la defecación al aire libre, producto de la falta de baños adecuados y de cloacas, contaminan el suelo y el agua.
Hábitos de prevención
- Lavado de manos frecuente.
- Consumir agua limpia y segura.
- Lavar bien las frutas y verduras.
- Caminar con calzado.
- Usar baños y letrinas.
- Respetar los tiempos de cocción de los alimentos.
- Evitar comer carnes poco cocidas.
Síntomas
- Picazón en la cola.
- Diarrea.
- Dolor de panza.
- Irritabilidad.
- Gusanos en la materia fecal.
- Anemia.
Ante la presencia de alguno de estos síntomas, es importante consultar con un médico.
Además de las medidas de prevención y cuidado, existen medicamentos adecuados y seguros para su tratamiento.
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