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miercoles 24 de abril del 2024

El Comisario Pereyra relacionó al Gobierno con el narcotráfico

En la última jornada de la primera etapa del Juicio a Los Monos — en la que se debía evaluar la figura de Asociación Ilícita— Gustavo «Gula» Pereyra prendió el ventilador. En base a una serie de datos que los investigadores encontraron en una computadora, el ex policía está acusado de filtrar información confidencial a la estructura de Los Monos. Por ello Gula esperó a escuchar todos los testimonios en su contra y ayer decidió defenderse a capa y espada. Aseguró que fue boicoteado por sus superiores y señaló que fue víctima de un entramado político-policial relacionado al dinero sucio del narcotráfico: «Políticamente había dos líneas. Una que quería recaudar del narco y otra que no quería recaudar. Se ve que ganó una y sacrificaron a los peones».

Según explicó Pereyra — sin dar nombres propios— existía una decisión de ciertos sectores de poder ligados al ex gobernador de Antonio Bonfatti para imponer a Esteban Lindor Alvarado —un hombre que estuvo preso hasta hace pocos meses en una cárcel porteña por robo de automotores— y a Luis Medina —empresario que fue asesinado junto a su novia el 29 de diciembre de 2013 en el bajo Ayolas— como los nuevos líderes del negocio de la droga local.

Esta teoría la sustentó con una serie de procedimientos que se realizaron por diversos hechos menores donde, por casualidad, se hallaron bunkers de drogas. “Pedían una orden de allanamiento para secuestrar una moto sustraída, pum, nos encontramos con un búnker. Pedían un allanamiento para buscar un prófugo, pum, nos encontramos con un búnker. ¿Trabajaron 16 años en Drogas y ninguno sabe que tiene que haber una investigación previa? Estaban haciendo una recaudación y los querían poner a Lindor Esteban Alvarado y a Luis Medina para que manejaran toda la zona”, aseguró.

Si bien no ligó con nombre y apellido a ningún político a la estructura del narcotráfico, si señaló al subcomisario Luis Quevertoque. Aseguró que el uniformado, que era una de las principales autoridades de la Brigada de Judiciales — el grupo de uniformados que tuvo a su cargo gran parte de las actuaciones en las investigaciones a Los Monos— era vecino, socio y cuñado de Alvarado.

Según Pereyra los mismos políticos que tenían decidido destronar a Los Monos para habilitar el mercado a estos nuevos lugartenientes, fueron los que ordenaron a sus superiores desconocer las órdenes que le dieron de investigar a la banda de La Granda.