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viernes 26 de abril del 2024

Los días de Núñez Carmona en la cárcel: entre jergas y mandalas

José María Núñez Carmona se despidió ayer de Amado Boudou en el módulo en el que estaban alojados en la cárcel de Ezeiza. «Hablamos desde una ventana de un pasillo porque él había estado con su mujer, que lo visitó por última vez antes de parir a los mellizos. Le conté lo que había pasado, él iba a entrar a la peluquería que está al lado de nuestro pabellón», repasó hoy en sus primeras horas de libertad luego de estar dos meses encerrado.

Núñez Carmona y Boudou son amigos de la infancia, socios en la adultez y vecinos de Puerto Madero. Cayeron presos juntos, el 3 de noviembre pasado, en una causa por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero que ayer fue cuestionada por la Cámara Federal. Estaban en distintos pabellones pero dentro del mismo módulo (la unidad está dividida en siete módulos, cada uno con 10 pabellones). «Nos cruzábamos en el campo, en los talleres y hablábamos a través de un muro del pabellón», repasó el empresario.

Núñez Carmona quedó libre ayer cerca de las 22 y lo primero que hizo fue ir al estudio de su abogado, Matías Molinero, a buscar sus celulares. Luego se fueron a cenar a Puerto Madero. Hoy a las 9:30 se presentó en los tribunales de Comodoro Py, donde firmó el acta de su liberación, se comprometió a presentarse una vez por mes y recuperó su documento de identidad. En diálogo con Infobae contó cómo fueron sus días en prisión junto con Boudou y otros ex funcionarios kirchneristas también presos.

«Con Amado estábamos muy tranquilos. El Servicio Penitenciario Federal planteó un tema muy cuidado desde todo punto de vista», dijo vestido con chomba gris, jean, zapatos náuticos y antejos de sol.

El día en la cárcel comenzaba a las 8 de la mañana. «A esa hora nos abrían las celdas y estábamos en el salón común del pabellón, donde cumplíamos con los quehaceres como limpiar y ordenar las celdas», recordó. Cada pabellón tiene un patio, desde el cual hablaba con Boudou: «Ahí solo ves el sol».

Luego era el turno de salir para distintas actividades. Jugaba al fútbol con Boudou y Carlos Zannini, ex secretario de Legal y Técnica de Cristina Kirchner, quien está preso desde principios de diciembre por la causa del memorándum con Irán en la que ayer la Cámara le negó la libertad. «Zannini era nuestro goleador», contó.

El campo del penal era el lugar donde se cruzaba a los presos de otros pabellones. Allí vio al ex secretario de Obras Públicas, José López, y a los empresarios Lázaro Báez y Cristobal López. «A José lo saludé y charlábamos. A Cristóbal lo vi de lejos», detalló.

También participó del taller de canto que organizó Boudou. «Zannini es un gran cantante de tangos», volvió a elogiar al ex funcionario. «En la cárcel hay que pasar el tiempo», dijo Núñez Carmona. Los presos que no están condenados no pueden trabajar ni estudiar. Por eso participan de talleres.

El empresario se dedicó a hacer mandalas, iba a la biblioteca y tomaba clases de estiramiento. «Nos hacían muchos controles médicos. Me vino bien porque me encontraron el colesterol alto», repasó. «Lo peor es estar en el hospital. Estás encerrado en una celda sin contacto con nadie», detalló.

Dentro de las actividades tuvieron un acto escolar. Fue el 20 de noviembre, día de la soberanía nacional, organizado por la jefatura de educación de la cárcel. El día se terminaba temprano, a las 19. «Era el momento de lo que llaman ‘engome'», contó Núñez con la jerga carcelaria aprendida. Es cuando los presos están una hora en sus celdas para el recuento y el cambio de guardia.

El amigo de Boudou estaba en un pabellón de buena conducta, no conflictivo, por lo que tenían algunos permitidos como por ejemplo comer con cubiertos de metal. Nunca estuvo en contacto con presos peligrosos. «Hubo un muerto hace pocos días», reveló. «Les quiero agradecer a mis compañeros de pabellón que me trataron muy bien. Especialmente a «Ati», que me prestó cosas cuando llegué», dijo Núñez, que no quiso revelar la identidad de «Ati».

Ya en libertad, Núñez Carmona tiene dos anhelos: «Espero que liberen a Boudou, siempre estuvo a derecho. Voy a ir a ver a mi mamá a Mar del Plata. Tiene 90 años y no pude hablar antes de quedar detenido». Sabe que la libertad puede no ser definitiva y que en su futuro puede estar otra vez la cárcel. Está en juicio oral por el caso Ciccone y tiene la causa por enriquecimiento ilícito y lavado. «No tuve miedo antes y no tengo miedo de volver a la cárcel», dijo seguro.

Cómo sigue la causa

El próximo martes Núñez Carmona tiene que presentarse en los tribunales ante el juez Ariel Lijo para una ampliación de indagatoria en la causa de enriquecimiento. Pero la salida de prisión y el fallo de la Cámara pueden cambiar el panorama.

La defensa del empresario analiza la posibilidad de pedir el apartamiento de Lijo y del camarista federal Leopoldo Bruglia, quien ayer votó por mantener la prisión preventiva de Núñez Carmona. También piensa en denunciar a Lijo ante el Consejo de la Magistratura de la Nación, el órgano encargado de investigar el desempeño de los magistrados. Todo eso podría postergar la indagatoria.

Fuente: Infobae