De acuerdo con el Consejo Argentino sobre Seguridad de Alimentos y Nutrición la banana es una fruta consumida en muchos países del mundo por grandes y chicos.
La banana se produce en 135 países y se estima que unos 400 millones de personas dependen de esta fruta para su seguridad alimentaria y sus medios de subsistencia.
Lamentablemente, la banana está seriamente amenazada por una enfermedad terminal. Al igual que las personas, las plantas también se enferman, y el cultivo de banana está enfrentando una “pandemia” causada por un hongo.
Se trata de la raza 4 tropical (R4T) del hongo Fusarium. Este hongo es transmitido por el suelo, ataca las raíces de la planta del banano y causa la enfermedad de la marchitez por Fusarium (MF), las plantas se marchitan y se mueren. Una vez establecido en el campo, el hongo puede provocar la pérdida completa de la cosecha y el suelo queda infectado por más de 40 años, limitando la producción.
¿Banana en extinción?
Hasta el momento no hay una cura para la enfermedad causada por la raza 4 tropical (R4T) de Fusarium. El hecho de que el hongo se encuentre en el suelo complica su control y erradicación.
La única solución viable hoy es, en lo inmediato, la prevención y el entrenamiento de los productores y el monitoreo de las plantaciones para detectar tempranamente las plantas infectadas y contener la propagación del hongo. De hecho, hay en marcha un esfuerzo de colaboración entre instituciones oficiales y el sector privado para que esta enfermedad no se expanda a países como Brasil, Ecuador o Costa Rica que dependen muchísimo del banano. Paralelamente, se sigue investigando y buscando alternativas de tratamientos efectivos, biológicos o químicos, para poder proteger a las plantas.
Una fruta aliada a los deportistas
Es fuente de potasio (348 mg/100 g). El potasio contribuye a mantener el balance de líquidos y electrolitos, su consumo contribuye a disminuir la presión arterial, y es esencial para algunas reacciones enzimáticas y para la contracción muscular. También contiene triptófano, un aminoácido que ayuda a nuestro organismo a producir serotonina, el neurotransmisor que genera sensación de bienestar, satisfacción o felicidad.
La banana es una de las frutas que más hidratos de carbono, contiene (23 g/100 g). Aproximadamente la mitad de estos hidratos de carbono son azúcares simples, como la fructosa (azúcar de las frutas), que son rápidamente absorbidos.
La banana menos madura, de color verdoso-amarillo, contiene menos cantidad de azúcares simples y más cantidad de almidón resistente. El almidón resistente se digiere lentamente y actúa como fibra, porque se absorbe parcialmente en el intestino. En cambio, la banana más madura, de color amarillo-amarronado, tiene mayor contenido de azúcares simples y menor de almidón resistente. Es por esto que, las bananas menos maduras (o verdes) tienen menor índice glucémico que las bananas más maduras (amarillas-amarronadas).
Se puede consumir banana en el desayuno, en la merienda o como colación. En cuanto a preparaciones, se puede consumir en licuados (con agua o leche), en ensaladas de frutas, cortada en trozos sobre tostadas, cortada en trozos sobre panqueques, con yogur y cereales, en galletitas, en budines, etc.
Con respecto a la cantidad, las Guías Alimentarias para la Población Argentina recomiendan consumir 2 o 3 frutas variadas por día. Como la banana aporta más hidratos de carbono y, en consecuencia, más kilocalorías que otras frutas, se recomienda no consumir más de 1 banana por día y complementarla con frutas distintas como manzana, naranja, mandarina, etc.
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