Este tipo de dieta no solo responde a regímenes que excluyen alimentos por prescripción médica para tratar la celiaquía, o las intolerancias que muchas veces están asociadas a este trastorno. También puede ser una elección de personas muy concienciadas con la alimentación, o que quieren tener un control de su peso sin acudir a dietas difíciles de mantener en el tiempo.
El gluten
El gluten es una proteína que forma parte de la semilla de varios cereales. Algunos de los cereales que contienen gluten son: trigo, espelta, cebada, centeno y en ocasiones puede hallarse en la avena debido a la contaminación en cultivos mixtos.
Los alimentos que contienen gluten suelen ser muy calóricos y con un alto índice glucémico. Sustituirlos por otros productos libres de gluten bajará sustancialmente los niveles de azúcar en sangre. También se han asociado algunas afecciones cutáneas al consumo de alimentos con gluten, por ende, reducir su ingesta tendría un impacto en la mejoría de la piel. Añadido a esto podría asociarse a procesos inflamatorios, así que a menos gluten, menos inflamación.
La lactosa
La lactosa es el azúcar naturalmente presente en la leche y los derivados lácteos. La carencia de lactasa, una enzima presente en el intestino encargada de digerir y procesar la lactosa, es la causante de las intolerancias a este nutriente.
Si no se puede digerir bien por el organismo, produce hinchazón, diarrea, dolor abdominal, flatulencia y mayor mucosidad. Reducir su consumo propicia una mejor salud intestinal y menor inflamación.
Azucares añadidos
El azúcar ingerida en cantidades altas, eleva la presión arterial, aumenta el colesterol y el ácido úrico y la acumulación de grasas en las vísceras, sobre todo el hígado. Así que eliminar o reducir su consumo favorecerá la salud del hígado, además de bajar los niveles de colesterol y el acúmulo de grasas.
La mayoría de los productos y golosinas industrializadas contienen azucares añadidos entre sus ingredientes.
Aprender a comer sin obsesiones
Lo importante es cambiar los hábitos de forma progresiva:
- Elegir vegetales y frutas bajos en azucares.
- Sustituir las galletitas, panes y productos industriales por caseros hechos en casa.
- Reemplazar los lácteos por leches y derivados de leches vegetales.
- Cambiar la harina de trigo, integral, avena, etc por la harina de almendras, coco, frutos secos, garbanzos o de arroz.
- Beber agua en vez de gaseosas y jugos industrializados.
- Planificar los menús de forma semanal.