Es fundamental que los padres puedan brindarle tiempo de calidad y de entretenimiento a sus hijos, no solo por ellos, sino también por el bienestar de los adultos. A través de ello, podrán conocerse mejor mutuamente, y aprender uno del otro.
Desde AADEJA (Asociación de Empresas del Juguete y Afines) comparten motivos por los que vale la pena tomarse el tiempo de jugar con nuestros hijos:
- “Tu mejor yo”: El juego te da la oportunidad de mostrar a tus hijos tu “yo” más amable. Cuando jugamos con nuestros hijos, volvemos a experimentar “ser niños de nuevo, sin apuro, sin interrupciones, posiblemente les mostramos la mejor versión de nosotros mismos.
- Creatividad: fomenta el desarrollo de la creatividad. Permite desarrollar su creatividad e imaginación.
- Valores: nos pasamos la vida intentando inculcar valores que nos cuesta que interioricen, sin darnos cuenta que es durante el juego cuando nuestros hijos se encuentran más receptivos.
- Permite conocerlos: Jugar es una maravillosa manera de conocer a nuestros hijos porque expresan de manera transparente sus emociones. Jugar con ellos permite la oportunidad de conocer lo que les gusta, lo que los enoja o los frustra, incluso lo que les inquieta y te ocultan.
- Comunicación: El juego une a nuestros hijos y mejora la comunicación. Si se comparten horas de juego con nuestros hijos desde edades tempranas como forma de comunicación familiar, y se continua reservando espacios en la adolescencia unidos jugando, se logrará que sean más reflexivos. Estimular su reflexión individual a través de las disyuntivas que se dan en el juego, respetar a los diferentes puntos de vista mientras jugamos contribuirá a disparar verdaderos avances en su desarrollo y también a consolidarlos para que tomen las mejores decisiones posibles.
- Inocencia: la actividad lúdica permite proteger su inocencia sin “quemar etapas”.
- Juguetes: Se trata de elegirlos poniéndonos en el lugar de los niños.
- Navidad: la Navidad es el momento más mágico del año para los chicos, la anhelan con ilusión y emoción. Sin embargo, en muchas ocasiones estas fechas se convierten en una carrera de compromisos familiares y actividades que apenas dejan tiempo para jugar de verdad.
Actividades simples pueden significar un gran aprendizaje. A través de estos momentos, los padres podrán conocer mejor a sus hijos y sorprenderse de ellos, y por su parte, los más chicos podrán disfrutar de sus padres y tomar un modelo a seguir durante su crecimiento.
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