Según la Organización Mundial de la Salud cuando se tienen los cuidados necesarios, no hay motivo para temer el contagio del coronavirus.
¿Los cadáveres contagian?
«Salvo en casos de las fiebres hemorrágicas (como el ébola o la fiebre hemorrágica de Marburgo) y del cólera, los cadáveres no suelen ser infecciosos«, señala la OMS.
«Solo pueden serlo los pulmones de los pacientes con gripe pandémica si se manipulan de manera incorrecta durante una autopsia. De otro modo, los cadáveres no transmiten enfermedades«, agrega.
Eso no significa que el virus haya muerto con la persona porque en el caso de enfermedades respiratorias agudas, los pulmones y otros órganos «pueden seguir albergando virus vivos». Pero éstos se liberan a través de los procedimientos de autopsia (como con el uso de sierras eléctricas o lavado interno) que hacen los empleados de funerarias y servicios forenses.
Los familiares y seres queridos de una víctima mortal de covid-19 deben esperar a que personal capacitado y con protección adecuada preparen el cadáver para su entierro o incineración.
La OMS no censura que se celebren funerales, pero requiere que se haga con ciertos cuidados.
«Si la familia desea solamente ver el cuerpo, sin tocarlo, puede hacerlo siempre que tome en todo momento las precauciones normalizadas, en particular la higiene de las manos. Hay que dar instrucciones claras a la familia de no tocar«, señala el organismo.
Se debe seguir practicando el distanciamiento físico entre personas, el lavado de manos constante al estar en un funeral.
La actividad física podría reducir los síntomas
Los resultados de una detallada investigación médica, publicados en la revista Redox Biology, «apoyan firmemente la posibilidad de que el ejercicio pueda reducir la gravedad del síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), que afecta a entre el 3 % y el 17 % de todos los pacientes con COVID-19«, como expone un comunicado de la Universidad de Virginia.
¿Distanciamiento social hasta el 2022?
Un artículo publicado en la revista Sciense afirma que las medidas de distanciamiento social (no de confinamiento) podrían alargarse hasta el año 2022 si queremos frenar de manera efectiva la propagación de la pandemia.
Como se cita en la nota: “La experiencia de China, Italia y los Estados Unidos demuestra que el COVID-19 puede abrumar incluso las capacidades de atención médica de las naciones con recursos suficientes”. Más inversión en sanidad no implica necesariamente mejor gestión, como le ocurre, por ejemplo, a Estados Unidos.
Además, otras intervenciones, como una capacidad de atención sanitaria ampliada y terapéutica efectiva mejorarían el éxito del distanciamiento intermitente y acelerarían la adquisición de la inmunidad colectiva.
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