Hace un par de días, Leandro Bolmaro era un nombre común para los especialistas y fanáticos del básquet, pero desde la noche del miércoles se convirtió en el joven sensación del deporte de la anaranjada en Argentina al quedar en el puesto 23 del draft de la NBA, mejor ubicación histórica para un jugador nacional. Fue elegido por Ney York Knicks, pero de inmediato pasó a Minnesota Timberwolves. Con sus apenas 20 años, este cordobés nacido en Las Varillas tuvo un paso por el atletismo y en Rosario tomó una decisión clave para su futuro. 

“En principio no me cayó muy bien la franquicia», reconoció Osvaldo Bolmaro, padre de esta nueva promesa del básquet albiceleste en diálogo con El Deportivo Rosarino por Radio Mitre Rosario. «Encima Leandro se colgó la gorra (de los Knicks) enseguida y después la cambió, lo que pasa que el traspaso se dio en dos o tres minutos. Fue uno de los pocos traspasos que se dio”.

A su vez, explicó porqué era más conveniente para el jugador llegar a Minnesota: «Nos gusta mucho la franquicia en la que cayó Leandro porque tenemos otro argentino ahí (NdR: Pablo Prigioni es asistente técnico), tiene jugadores conocidos como Ricky Rubio y como Juancho Hernángómez que son conocidos de él. Hasta que llegó el momento en el que los draftearon no te puedo contar cómo lo estábamos viviendo”.

“Sabíamos que podía estar entre el puesto 15 y 26, pero nunca supimos bien qué franquicia podía estar interesada porque lo entrevistaron 19 franquicias antes del Draft. Vamos a ver qué pasa, por el momento este año va a terminar la temporada en Barcelona hasta el año que viene. Su representante viajó para arreglar todo con Minnesota para cuando se haría su ingreso, que calculo que será la temporada que viene”, contó el padre de Bolmaro, que consultado sobre la particularidad que Scottie Pippen fue elegido por Seattle en 1987 y como su hijo, de inmediato a Chicago Bulls, donde se convirtió en ídolo junto a Michael Jordan. “No me disgustaría que tuviera la carrera de él. Hay cosas parecidas si se clavó la gorrita y ahí nomás la cambió”, bromeó.

Leandro llegó a Bahía Basket en 2017, captado por Pepe Sánchez, propietario del club, y fue dirigido por Sebastián Ginóbili, hermano de Manu. Sobre la importancia de haber tenido esa experiencia en Bahía Blanca, cuna del básquet argentino, Osvaldo señaló: “Esa decisión que tuvo de ir a Bahía, a pesar que todos le ofrecían mucho dinero por el pase para entusiasmarlo, él eligió el único que no le ofreció nada, le ofreció trabajo, enseñanza y contención. Valoró eso por sobre lo que es el dinero, fue un acierto muy grande y fue muy inteligente en elegirlos”. 

Rosario siempre estuvo cerca

Sobre el final de la charla, el papá del basquetbolista que milita en Barcelona de España, soltó una anécdota vinculada a la ciudad. “Si hemos visitado ahí 27 y Ovidio Lagos, en Rosario por el atletismo tenemos muchos amigos. En todo deporte cuando se hace sanamente cosechas muchas amistades, fueron momentos hermosos que pasamos”, comenzó la introducción y afirmó: “En Rosario fue donde tomó la determinación de dejar el altetismo. Se le juntó un Provincial con un Nacional de atletismo de pruebas combinadas en abril de 2015 y después se jugaba la eliminatoria para el Provincial de 3×3 y ahí dice ‘voy a jugar al básquet porque las dos cosas no las puedo hacer, no le estoy cumpliendo a alguien’. Además le exigíamos dedicarle tiempo a los estudios, así que si, fue en Rosario en un Nacional de pruebas combinadas. Leandro obtuvo un montón de grandes resultados en atletismo en esa hermosa ciudad”.