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viernes 26 de abril del 2024

Le diagnosticaron cáncer a tres materias de recibirse, estudió y trabajó entre sesiones de quimioterapia y hoy es abogada

Yamila se recibió estando enferma, en julio le dijeron que ya no había más enfermedad y el pasado jueves recibió el título de la Universidad Nacional de Rosario. La protagonista le contó su historia a Rosario Nuestro.

A Yamila Eliana Ruiz la diagnosticaron con linfoma de hodgkin, cáncer que afecta a una parte del sistema inmunológico llamada linfático, cuando le faltaban tres materias para recibirse como abogada en Rosario. Fue el 12 mayo del 2019, en una maratón que corría frente al Monumento a la Bandera, el día que el cuerpo le dio la primera señal de que algo no andaba bien. Luego llegó el duro diagnóstico, pero a Yamila le quedaba mucho por vivir. Al sueño de un futuro profesional decidió aferrarse, sus amigos y su familia fueron su combustible. Repartió su tiempo trabajando en una oficina para el Ministerio Público de la Acusación (MPA), atravesó por 12 quimioterapias de las que algunas sesiones llevó apuntes de estudio para en los baches de tiempo avanzar con las materias. Y logró, en diciembre del 2019 se recibió, meses más tarde superó la enfermedad y en plena pandemia del coronavirus, la Universidad Nacional de Rosario (UNR) le entregó el título. Hoy la vida le sonríe y decidió contarle a RosarioNuestro.com su historia.

«Corría una maratón de 10 kilómetros y esa carrera fue determinante para mí. Al poner al cuerpo al máximo, saltaron síntomas. Fiebre, pérdida de peso, se me caía el pelo y tenía fatiga constante. Estuve tres días en la cama sin poder levantarme», comenzó diciendo a este medio. «Luego sufrí inflamación de ganglios, fui a un médico clínico, una clínica de Laprida y 3 de febrero, en la que decidieron abrir excepcionalmente el laboratorio de análisis el día sábado solo para atenderme a mí, ahí supe que algo estaba pasando», agregó.

El peor de los miedos se confirmó apenas horas después: «El 30 de mayo me sacaron los ganglios que se habían inflado como un huevo hervido y el resultado de la biopsa que me habían hecho decía linfoma de hodgkin clásico. Me dijeron que el pelo se me iba a caer y que me iban a hacer 18 quimioterapias».

«Empecé a sentir fuerte dolor a partir de la quimio cuatro, me pasaban calmantes y no me hacían nada», confesó, pero pese a los dolores, Yamila jamás bajó los brazos. Además de estudiar la carrera de abogacía, trabajó para el Organismo de investigación, que apoya a la gestión de los fiscales del Ministerio Público de la Acusación (MPA).

La nueva vida de la joven de 30 años pasó a ser una en la que dividía sus tiempos entre el trabajo, el estudio y los tratamientos. Incluso, llegó a combinarlos entre sí. «No pedí licencia en el trabajo, me permitieron ir a trabajar, me hizo mucho bien porque necesitaba sentirme útil y que no me cambiara la rutina. La semana que estaba bien iba algunas horas a la oficina, con barbijo, a día de hoy hago el chiste de que impuse la moda de este año (risas). A la salida de la oficina me iba a la facultad a cursar, volvía a a mi casa a estudiar. Incluso a las salas de quimioterapia me llevaba los apuntes y leía en los sillones del lugar. La facultad me salvó porque me aferré a estudiar, me aferré a la vida de esa forma».

Entre quimioterapias y resoluciones laborales, Yamilia Ruiz logró su sueño, el de aprobar las tres materias restantes y recibirse como abogada mientras transitaba la enfermedad. Sin embargo, el día más emocionante suyo no fue aquel 3 de diciembre del 2019 cuando aprobó la última materia de la carrera, sino el pasado viernes, cuando el rector de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) Franco Bartolacci le entregó el título.

«Me recibí el 3 de diciembre, justo el Día del Médico. Fue como un regalo para las oncólogas, los médicos que me atendieron. Ese día llovió y luego salió el sol, fue muy emotivo pero no lloré tanto como lloré el viernes pasado cuando me entregaron la cartulina con el título, me hizo caer la ficha», relató.

Pero algunos meses antes del pasado viernes, más precisamente en julio del 2020, Yamila recibió el segundo premio al titánico esfuerzo. Un título que no le dio ninguna facultad, sino que se lo dio la vida. El 31 de ese mes le informaron que el resultado de la punción a la médula ósea había dado bien y ya no había enfermedad.

La historia de superación de Yamila se dio a conocer este miércoles a través de Bartolacci, quien hizo entrega el título luego de que la protagonista lo haya contactado. «Me dieron la posibilidad de sacar una beca de transporte, de material de estudio, alimentos y eso era una gran ayuda. Le escribí al rector porque quería contarle mi historia para dar un mensaje de esperanza en medio de esta pandemia tan fea, que genera malestar e incertidumbre, quería contar algo lindo y difundir mi enfermedad que no es algo conocido y es una enfermedad de gente joven».

Por último, en diálogo con RosarioNuestro.com, Yamila hizo una reflexión final: «Tenía la opción de tirarme a la cama a llorar o transitar la enfermedad lo mejor posible. Una compañera me dijo que yo elegí vivir la enfermedad, es cuestión de actitud. El linfoma vino a ser un gran maestro para mí, yo creo que todo pasa para algo, salí fortalecida de esto. Un año y tres meses donde en bandeja me entregué a Dios. Es importante escuchar al cuerpo, descansar, conectar con las emociones».

«Es un 50 por ciento medicina, es real que la quimio funciona con el linfoma y un 50 por ciento restante es ese trabajo espiritual, conectarse con la fe. Me llevaron a conocer al padre Ignacio, a San Nicolás, hice reiki, terapias alternativas, todo suma y te hace conectar de nuevo con la esencia. No hay que bajar los brazos, siempre se puede si se quiere, a pesar de las limitaciones y obstáculos», concluyó.