Las inundaciones que azotan al Estado de Rio Grande Do Sul, a raíz de las extremas precipitaciones, provocaron 85 muertes hasta el momento, y la evacuación de más de 150.000 personas. La ciudad de Porto Alegre se encuentra sin suministro de electricidad, ni de agua, y la crecida del río Guaíba complicó aún más la situación.
En una entrevista con el programa El Puente, emitido por Radio Mitre Rosario, Gustavo Villa Uría, ingeniero de recursos hídricos, brindó un panorama general sobre las graves inundaciones que están afectando al sur de Brasil y su posible repercusión en Argentina.
Villa Uría sostuvo la importancia de marcar que la ciudad de Porto Alegre, epicentro de las inundaciones, dirige aproximadamente el 90% de sus aguas hacia el Océano Atlántico a través de la Laguna de los Patos, lo que minimiza el impacto directo en territorio argentino.
Sin embargo, existe un efecto menor que repercute sobre el río Uruguay. “Esta situación está siendo regulada y ordenada por la represa Salto Grande para disminuir los impactos sobre Concordia, donde al momento debieron evacuar a 36 personas, y Paso los Libres, que cuenta con unos pocos evacuados”, manifestó el ingeniero.
Las inundaciones sin precedentes en Brasil generan preocupación sobre el papel de la actividad humana. “En este momento todos los técnicos están trabajando en el evento y están evaluando las situaciones, pero esto ocurrió por motivo de un bloqueo atmosférico que impidió el ascenso del frente frío hacia la Cuenca del Plata y quedó parado durante muchos días en la zona de Porto Alegre”, señaló especialista.
En la misma línea, expresó que la falta de planificación urbana adecuada y la ocupación de áreas de inundación aumentan el riesgo de que se generen eventos de este tipo. Además, hizo hincapié en que, si bien las inundaciones son un fenómeno natural, su magnitud y frecuencia pueden verse agravadas por factores como la deforestación y cambios en el uso del suelo.
Por último, Villa Uría indicó que se avecina un período de transición con condiciones neutrales en el invierno, seguido por un posible fenómeno de La Niña en la primavera. “Está lloviendo un poco por encima de lo normal, pero la tendencia es que hacia la primavera y el verano tengamos sequía, resta saber con qué grado de criticidad”, concluyó.