Rosario Central profundizó su pésimo 2019 al caer en el Sur del Gran Buenos Aires ante Lanús por 2 a 0. Los goles del conjunto local fueron señalados por Tomás Belmonte, en el primer tiempo, y sobre el cierre fue José Sand el encargado de poner cifras definitivas.
Los primero 15 minutos mostraron a un Canalla dispuesto a manejar la pelota con criterio y paciencia. Enfrente, el dueño de casa, intentó una pegajoza presión para quitarle lucidez a esa mitad de cancha rosarina y explotar la velocidad de Lautaro Acosta y Marcelino Moreno, a la postre la figura de la noche.
Sin embargo, el primer tanto de los Granates generó el efecto del boxeador de mandíbula frágil. Una jugada colectiva en velocidad entre Moreno y Pasquini y un centro para la aparición de Belmonte, primereando a Parot, lo desnudaron y lo llenaron de interrogantes y evidenciaron la debilidad anímica por la que atraviesa.
Desde ese impacto y durante la media hora final del primer capítulo, los de Zubeldía fueron los que tomaron el timón casi sin soltarlo. El único momento de algún padecimiento fue en la última pelota detenida donde Barbieri desvió pasando muy cerca del caño derecho de Ibañez.
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En el segundo tiempo y con el ingreso de Germán Herrera, los auriazules volvieron a mostrar un rostro muy parecido a los últimos compromisos. Es que generó al menos 4 situaciones claras para merecer el empate. Lo tuvo Zampedri con un cabezazo alto, un disparo cruzado de Camacho que no tuvo finalización, un remate seco y en diagonal de Bettini y la mas peligrosa en un zapatazo casi cayéndose de Herrera.
Cuando el partido se moría y ya Central sin muchas piernas para estampar la igualdad, Lanús volvió a tomar el comando de la contienda y en una genialidad de Sand con complicidad de Barbieri, señaló el segundo y dio por terminada la función. El cierre fue del local, quedando la impresión que la contundencia fue la gran diferencia entre ambas propuestas.
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