La semana estuvo cargada de volatilidad local. Es que la política mete mucho ruido y eso se vio reflejado en el comportamiento de las acciones y bonos. Primero fue el tema de tarifas; las marchas y contramarchas pusieron “histéricas” a acciones relacionadas con energía y gas. Luego por esa misma razón no se trató la ley de financiamiento productivo, clave para mejorar las instituciones. Sobre estos dos puntos escribiremos más abajo.
El índice Merval tuvo un rendimiento negativo en la semana del 1,37%. Peor les fue a las acciones estrictamente argentinas agrupadas en el M.AR (se excluyen APBR y TS entre las más relevantes) que perdieron el 1,89%. Nuevamente los bonos cortos en pesos fueron refugio y los inversores huyen del riesgo argentino refugiándose en lebacs. Adicionalmente en la semana el dólar tuvo un muy leve retroceso (apenas 2 centavos) con lo cual el carrytrade siguió siendo negocio.
Empecemos por las tarifas. Las empresas cotizantes relacionadas a energía y gas habían observado mejoras en sus cotizaciones producto del aumento de tarifas ya establecido. En la semana, la oposición intentó obtener quorum para votar un proyecto de ley que retrotraiga este aumento y estuvo a punto de lograrlo; les faltó un solo diputado. Esto a su vez hizo caer la sesión que iba a tratar la ley de Financiamiento Productivo de la que hablaremos en breve. Con posterioridad a esto, los radicales y los Lilitosse sumaron a la movida contra las tarifas y pidieron audiencia con el presidente. Demás está decir lo nervioso que puso este fuego amigo al mercado. Por suerte, ya sobre el fin de la semana el Gobierno ratificó el aumento de tarifas, y dispuso que está estudiando medidas para morigerar su impacto como ser baja en algunos impuestos que se recaudan en la misma boleta y/o pago en cuotas de la misma.
Creo que aquí vale una reflexión. Los aumentos de precios no son nunca buenos y menos aún en una economía inflacionaria. Pero lo que aquí estaba pasando es que una parte de la Argentina (acaso la más rica) estaba recibiendo subsidios en sus consumos de gas y energía, lo que a su vez se traducía también en derroche. El ajuste de tarifas no hace sino un hecho de justicia y dar las señales correctas para evitar el desperdicio de energía. Un párrafo aparte merecen los impuestos que se cobran en las boletas. Aquí si la voracidad fiscal está en su más nefasta versión. Aproximadamente el 40% del costo total de la boleta, no son tarifas, son impuestos nacionales, provinciales y municipales. Cuando las tarifas se multiplicaron por 10 o 15 también lo hicieron los impuestos y si ahora la tarifa tiene un costo más cercano al real, no así los impuestos que incrementaron notablemente la presión impositiva de los contribuyentes. Es por ahí que el Gobierno debe llevar alivio a los ciudadanos. Esperemos que Macri, Gobernadores e intendentes estén a la altura de las circunstancias y piensen en los argentinos más que en la próxima elección.
El otro aspecto negativo fue la no sanción de la Ley de Financiamiento Productivo (ex Mercado de Capitales) que ya fue aprobada en diputados, aprobada en senadores con modificaciones y debe recibir una nueva aprobación de diputados. Esta ley es clave ya que modifica el tratamiento de ciertos instrumentos del mercado de capitales que son clave para el despegue del mismo y permitir bajar el costo del financiamiento; el más emblemático es la securitización de los créditos UVA para que los bancos puedan seguir otorgando créditos hipotecarios. Pero también corrige errores en el tratamiento de los Fondos Comunes de Inversión cerrados que permitirán encarar proyectos de gran envergadura, entre tantas otras ventajas.
Esta ley es clave además porque en caso de no aprobarse difícilmente Argentina sea catalogada como país Emergente desde donde estamos actualmente, Frontera. Para que se entienda hay 3 tipos de países: los desarrollados, los emergentes y los de frontera. Algo así como la Primera A, la B y la C. Argentina hoy se encuentra jugando en Primera C, eso sí, ahí vamos primeros. Pero de no hacerse ciertos cambios fundamentales en las instituciones (como esta ley) será muy difícil que podamos ascender a la B, es decir Emergentes. Y ustedes se podrán estar preguntando qué importancia tiene este hecho. Y la respuesta es que es trascendental. Hay mucho dinero en el mundo que solo puede invertir en países desarrollados y emergentes pero no en frontera. Con lo cual el ascenso de categoría es fundamental para bajar el costo del endeudamiento argentino y así ahorrar en el pago de intereses. No aprobarse la ley y no lograr el ascenso a Emergente sería una noticia pésima para Argentina.
En todos los casos, esperemos que nuestros políticos, estén a la altura de la circunstancia aunque soy mal pensado y lamentablemente creo que muchos en la oposición harán todo lo posible para que la ley no se apruebe, no consigamos el ascenso y todo vaya de mal en peor. Espero estar equivocado.
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¡Hasta la semana que viene!