La problemática del narcotráfico en Rosario toma visibilidad con los asesinatos, amenazas y amedrentamientos que traen como consecuencia grandes operativos y despliegues de seguridad en los barrios y en toda la ciudad. A la vez, existe otro costado del asunto con menos exposición y que tiene como eje a los consumidores.
El padre Fabián Belay referente de la comunidad Padre Misericordioso en comunicación con el programa El Puente, que se emite por Radio Mitre Rosario, sostuvo que en los sectores más vulnerables se observan niños de muy corta edad «con dos o tres años en un consumo muy profundo», como así también adultos con graves problemas con las drogas. «Se está consumiendo una cocaína de muy baja calidad, lo cual genera deterioros neurológicos muy grandes», indicó.
El sacerdote mostró su preocupación por el presente y también por el futuro de los más chicos y realizó una dura advertencia: «Pensemos que esos niños de acá a cinco o seis años van a ser adultos con discapacidades».
A raíz de la estadística lanzada por el INDEC que marcó que en el segundo semestre de 2023, el país alcanzo el 41,7% de pobreza y el 11,9% de indigencia, Belay hizo referencia a la necesidad de contar también con datos que muestren con más exactitud el problema del uso de drogas: «En el tema de las adicciones nos faltan estadísticas que visibilicen el problema en la niñez, en la adolescencia, en los adultos, en el mundo universitario y en distintos sectores de la sociedad. Esa información no la tenemos y nos ayudaría a prepararnos para acompañar a esa población que hoy no tiene un proyecto de vida», manifestó.
En este marco el cura deslizó un dato impactante que indica que hay casos de pequeños de entre 10 y 12 años que ya son adictos a las drogas. «Estamos trabajando en diálogo fuerte con el Estado Provincial y Municipal y es un diagnóstico que compartimos todos», enfatizó.
Por otra parte el sacerdote expuso que Rosario ya va por «la tercera generación en situación de consumo», es decir abuelos, padres y nietos que crecieron envueltos en este flagelo. «No justifico para nada el delito, pero hay que decir que tenemos una pobreza estructural atravesada por el consumo en varias generaciones y las consecuencias neurológicas no están estudiadas», explicitó.
En cuánto al abordaje que se le puede dar al consumo temprano, el párroco expresó que no existe aún nada armado pero que están trabajando junto con la Secretaria Provincial de Niñez, Adolescencia y Familia con la idea de acompañar a las familias en el seguimiento de cada niño que esté atravesado por esta situación.
En este sentido el padre apuntó a la necesidad de un plan integral para trabajar en las adicciones y puntualizó en algunas pautas fundamentales como la jornada extendida en las escuelas «para sacar a los chicos de la calle» y la creación de redes que trabajen la niñez y la adolescencia con espacios comunitarios dónde los niños puedan incluso dormir en esos lugares. «Es necesario que la fuerza de seguridad esté, pero si se van y no dejamos una red de contención en el territorio, lo que se fortalece es la otra red», señaló.