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jueves 28 de marzo del 2024

La justicia resolverá si avala la hipótesis del “Plan homicida”

A tres años de la muerte Alberto Nisman, el escenario judicial pasará desde febrero por la Cámara Federal porteña, que deberá decidir si avala el fallo que dio por probado el asesinato del fiscal que denunció a la procesada ex presidenta y senadora Cristina Fernández de Kirchner, por encubrimiento del atentado a la AMIA.

Entre el 17 y 18 de enero de 2015, quien fuera fiscal en la investigación del ataque a la mutual judía fue víctima de un “plan homicida”, según sostuvo el el juez federal Julián Ercolini, quien el 26 de diciembre pasado, procesó al técnico informático Diego Lagomarsino como supuesto partícipe necesario de homicidio simple.

Ercolini también procesó a cuatro custodios de Nisman por incumplimiento de deberes y encubrimiento.

Los procesamientos dictados por Ercolini llegarán en febrero a la Sala II de la Cámara Federal, ya sea por apelación de la defensa de Lagomarsino o de las de los custodios, con lo que tribunal tendrá que resolver si confirma lo resuelto por el juez y el fiscal Eduardo Taiano, que aluden a una compleja “trama” montada para asesinar a Nisman.

Sobre esta “trama” sólo se acusa por ahora a Lagomarsino, quien -según su propia declaración- le prestó a Nisman el arma usada en el hecho y que para la Justicia se trató de un “arma amiga”, entregada de manera deliberada para apuntalar luego la hipótesis de un suicidio.

De este entramado para montar la escena de suicidio, también según el juez, participaron los custodios que el día que se encontró a Nisman demoraron el ingreso a su departamento hasta entradas horas de la noche (22.30), sin advertir de lo que ocurría a sus superiores y con las versiones que dieron después a la Justicia, vinculadas a pedidos de un arma por parte de Nisman

Los custodios Rubén Benítez, Néstor Durán, Luis Miño y Armando Niz “posibilitaron la concreción del hecho ocurrido entre las 20.00 horas del sábado 17 de enero de 2015 y las 10.00 horas” del 18 de enero de 2015, “cuando una o más personas” aún no identificadas entraron a la vivienda de Nisman, “lo redujeron y trasladaron al baño”, donde le dispararon en la cabeza para matarlo, con el arma de Lagomarsino, según la acusación judicial.

Desde que la investigación pasó a la Justicia Federal se avanzó sobre esta hipótesis que derivó en el procesamiento del técnico informático y última persona que vio a Nisman con vida.

Pero todavía nada se sabe sobre los asesinos del fiscal, al menos dos personas que -según la investigación- entraron a su departamento sin ser vistos, le dispararon y montaron la escena del suicidio en el baño.