La Justicia sobreseyó a Facundo Amendolara, el policía acusado de dispararle a Santiago Chano Moreno Charpentier, ya que el juez Julio Andrés Grassi consideró que el agente actuó en legítima defensa.
De este modo, la causa por “lesiones gravísimas agravadas por el uso de arma de fuego y por ser funcionario policial” quedó archivada. En tanto, la familia del músico no apeló el pedido del fiscal Alejandro Irigoyen.
En el pedido, el fiscal utilizó la declaración de Amendolara y expresó que “no era su intención agredir, ni lesionar” al exlíder de la banda Tan Biónica. Agregó que el acusado “tuvo que hacerlo para salvar su propia integridad física, habiendo esperado hasta último momento para defenderse”.
Vale señalar que Irigoyen solicitó al juez el sobreseimiento del policía de la causa, al considerar que disparó cuando el músico intentó atacarlo con un cuchillo en medio de un presunto brote psicótico.
Cabe recordar que el hecho ocurrió en la madrugada del 26 de julio del 2021, en el domicilio de Moreno Charpentier ubicado en el barrio privado Parque La Verdad, en Exaltación de la Cruz.
Según lo aportado por testigos, el cantante se había violentado y habría intentado apuñalar con un cuchillo al policía Facundo Amendolara. Ante esto, el oficial disparó y como consecuencia Chano tuvo que ser internado durante 18 días en el Sanatorio Otamendi.
Al músico tuvieron que extirparle el bazo, un riñón y parte del páncreas. Sobre su accionar, Amendolara había expresado en la declaración escrita presentada en julio de este año por su abogado defensor, Fernando Soto, que “lo único que tenía” para defenderse de Chano era su arma reglamentaria, ya que “no disponía de ningún arma alternativa”. “Si no obraba, iba a ser gravemente herido o directamente iba a morir por el desaforado ataque”, declaró el acusado.
Por su parte, Marina Charpentier, madre del músico, en mayo de este año, se presentó en el Auditorio del edificio anexo del Senado de la Nación para pedir entre lágrimas una reforma en la Ley de Salud Mental y Adicciones. Marina es Licenciada en Trabajo Social y aclaró que se encontraba allí para ser la voz de miles de madres más que transitan por el mismo sufrimiento.
“Mi hijo tiene 40 años y hace 20 que sabemos que es adicto y damos esta batalla. Hace 20 años que yo no tengo un sábado en paz, que no puedo dormir con el teléfono apagado, porque no sé qué va a pasar con mi hijo al día siguiente. No sé si cuando amanece va a estar vivo”, fue su testimonio desgarrador.
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