La izquierda dio un sorpresivo giro en la segunda vuelta de las elecciones legislativas en Francia y se impuso como primera fuerza política parlamentaria. Tras el resultado favorable a la ultraderecha del pasado domingo, los primeros resultados marcan un vuelco hacia la coalición llamada Nuevo Frente Popular (NFP) que agrupa a todas las izquierdas.

A pesar de la primera vuelta exitosa para la Agrupación Nacional (RN) encabezada por Marine Le Pen y las proyecciones de una posible obtención de mayoría absoluta, quedó ubicada en la tercera posición por detrás del oficialismo Juntos por la República del presidente Emmanuel Macron.

Lejos de los pronósticos, el NFP, que incluye a la ultraizquierdista Francia Insumisa y al tradicional Partido Socialista, obtuvo el mayor porcentaje de votos en esta segunda vuelta, pero el mismo no se traduce en una mayoría en el Parlamento.

Ante dicho escenario, aumenta la incertidumbre política en Francia con el poder dividido mientras Macron tiene por delante su mandato hasta 2027. De los 577 escaños de la Asamblea Nacional, el NFP se quedaría aproximadamente con entre 172 y 192 bancas.

En tanto, la coalición de centro Juntos de Macron obtendría entre 150 y 170 diputados, mientras que el RN haría lo suyo con entre 132 y 152 legisladores. Por último, la derecha de Los Republicanos (LR) alcanza entre las 57 y 67 bancas.

Con una tasa cercana al 60%, estas legislativas francesas se convirtieron en las de mayor porcentaje de registro de votos desde 1981, cuando hubo un 61,4% de participación.

Estos resultados significan un golpe para el mandatario de 46 años, quien perderá la mayoría simple que gozaba desde 2022 y deberá compartir el poder con un gobierno que no controlará.

No obstante, gracias a los pactos implícitos entre el oficialismo y la coalición de izquierdas que incluyeron renuncias de candidatos, lograron desactivar la victoria del RN en cada circunscripción y frustraron las proyecciones de un posible triunfo de la ultraderecha.