Aquel 15 de agosto de 2004 fue un día inolvidable para el básquet argentino, para el deporte nacional incluso, se produjo la recordada palomita de Emanuel Ginóbili contra Serbia, equipo que dos años atrás cuando aún estaba bajo la denominación de Yugoslavia venció, con polémica mediante, al elenco albiceleste en la final del Mundial de Indianápolis.
Era apenas el comienzo de los Juegos Olímpicos de Atenas, sin imaginar que iba a terminar en la histórica medalla de oro pero sí con la sed de revancha, el conjunto que dirigía Rubén Magnano se impuso con una genialidad del bahiense que al filo que suene la chicarra recibió un pase de Alejandro Montecchia y en una acción llena de talento y con una notable elasticidad, convirtió un doble memorable suspendiéndose en el aire, con poco ángulo y apremiado por la marca.
Se cumplen 15 años de La Palomita. No hace falta decir más nada. pic.twitter.com/Z4I5yREzhN
— Argentina Básquet (@cabboficial) August 15, 2019
Fue el definitivo 83-82 para que explote todo el equipo argentino que se arrojó sobre la humanidad de Manu que tras su proeza quedó tendido en el suelo. El festejo alocado era apenas una antesala de lo que ese torneo iba a significar para la generación que allí se convirtió en dorada.