Probabilidad de lluvias, probabilidad de tormentas, probabilidad de que sean más o menos fuertes. El Servicio Meteorológico Nacional continuaba insistiendo este viernes con que el sábado va a estar pasado por agua. Sin embargo, la noche cayó despejada, con menos nubes de las esperadas. Habrá que ver qué sucede en la madrugada. Las temperaturas, mientras tanto, continuarán altas: lo suficiente para tener una maya y una mochila armada y lista para la primera de salida del sol.
Este viernes, al fin llovió. Y como siempre, paró. En enero, la salida del sol – más a la hora de la siesta – luego de una tormenta, sólo significa que el calor y la humedad se mantendrán a lo largo de la tarde. La caída del agua pareció aliviar un poco la ola de calor que golpeó la ciudad; especialmente luego de que el jueves la sensación térmica haya alcanzado los 45º C, viviéndose una jornada realmente infernal. Este viernes por la tarde, la temperatura rondó los 29ºC y la sensación térmica apenas superó los 30 ºC. Que valga la redundancia: es un verdadero alivio. Las mismas temperaturas se esperan para sábado y domingo.
El calor, sin embargo, sigue sintiéndose con fuerza en las calles rosarinas. Y si bien hay una brisa que trae esperanza, no se vislumbran las nubes que podrían traer la lluvia pronosticada por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Los rosarinos pasean con esa incertidumbre: entre short y pantalón largo, una campera al hombro y la botellita de agua siempre a mano, el verano de este viernes es el típico verano loco al que nadie quiere acostumbrarse.