El Accidente Cerebro Vascular (ACV) es una emergencia médica como el infarto cardíaco o un traumatismo severo, que sucede cuando se interrumpe o reduce el suministro de sangre en el cerebro por una obstrucción en una arteria o su ruptura.
De acuerdo con las últimas mediciones, el ACV es la primera causa de discapacidad adquirida en el país, y la tercera causa de muerte.
“Desde que la persona inicia el ACV, cada 1 minuto se mueren 2 millones de neuronas. Es por eso que, ante la aparición de cualquiera de estos síntomas, es muy importante trasladar a la persona a un centro especializado en el tratamiento de esta patología, para que reciba tratamiento inmediatamente”, explica la Dra. Pamela Dorrego, Jefa de Servicio de Neurología del Hospital Italiano de Córdoba.
La clave para ayudar a una persona que está sufriendo un ACV está en reconocer los síntomas y llamar inmediatamente al servicio de emergencias (107 o el número de emergencias de la obra social o prepaga), indicando la sospecha de que puede tratarse de un ACV. Este llamado con reconocimiento de síntomas dispara un protocolo específico del servicio de emergencias que acelera los tiempos de atención.
Las personas con hipertensión y/o colesterol alto tienen más riesgos de sufrir un ACV.
Los síntomas pueden ser diferentes y muy sutiles:
- Debilidad o sensación de que se duerme un lado de la cara, un brazo o una pierna, especialmente del mismo costado.
- Confusión al hablar.
- Problemas para hablar o entender lo que se le dice.
- Problemas para caminar.
- Mareos.
- Pérdida de equilibrio o falta de coordinación del cuerpo (por ejemplo, querer agarrar algo y no poder).
- Dolor de cabeza muy fuerte y repentino.
Actuar con velocidad no solo salva vidas, sino también puede evitar la producción de secuelas producto de esta emergencia, que pueden afectar notablemente la vida de las personas que lo padecieron.
“Mientras más rápido se haga la consulta, mayor es el tejido salvable que tiene la persona y más chances tiene la persona de recuperarse”, explica Dorrego.
Prevención
- Un control anual ayuda al médico para saber si existe riesgo de sufrir un ACV y ayudar a reducirlo.
- Adoptar los hábitos saludables que aconseje el médico: actividad física sostenida, alimentación sana, consumo de frutas y verduras, y reducir el consumo de sal, entre otros.