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viernes 29 de marzo del 2024

La historia de Damicella, primera mujer trans en postularse a concejal en una localidad de la región

El Concejo de San Lorenzo renueva cuatro bancas este año, y por primera vez una mujer tras buscará una de ellas.

Por Rodrigo Veit

Se llama Damicella Debonis, tiene 42 años y es la primera mujer tras en presentarse para lograr una banca en el Concejo Municipal de San Lorenzo. No se ve trabajando en el cuerpo legislativo, aunque dice estar muy comprometida y tiene una agenda apuntada a las “minorías”. Actualmente es encargada de un supermercado, tiene dos hermanos y seis sobrinos. Le gustaría ser madre, aunque asume que son complejos los trámites de adopción.

En un nuevo año electoral, la localidad vecina se prepara para renovar cuatro bancas del Concejo. Si bien nunca participó activamente en política, Damicella formará parte de “Diversidad, Deportes y Trabajo”, la lista que dirige el edil Marcelo Remondino, quien le ofreció a la mujer postularse como concejal. “Me pareció una buena propuesta, es algo nuevo para mí”, explicó la futura precandidata a Rosario Nuestro. Su objetivo, en caso de lograr la banca, será “escuchar a las minorías, ya sea sexuales, jubilados, discapacidad, entre otros, para alzar la voz de ese sector”.

Damicella es técnica química, recibida en 1997. Como nunca consiguió trabajo, comenzó en el rubro comercial, algo que le fue gustando con el paso del tiempo y la llevó a conseguir distintos ascensos, hasta terminar como encargada de un local. A sus 42 años, admite que las personas del colectivo LGTBI+ tienen dificultades para conseguir un empleo, pero ese no fue su caso. De igual manera, celebra la aprobación de la Ley de Cupo Laboral Trans.

“Nunca tuve falta de trabajo. Apenas terminé de estudiar, fui a golpearle la puerta al dueño de un comercio de la ciudad a pedir empleo. Me tomó a prueba por dos semanas y gracias a Dios quedé. Trabajé durante 7 años. Dejé de trabajar ahí, entré en otro comercio, trabajé muchos años más, y terminé en el trabajo actual, como encargada”, recuerda.

A pesar de gustarle lo que hace, a lo largo de su vida abarcó otros rubros: se desempeñó como relacionista pública de boliches y presencia, entere otras actividades. “La gente me conoce mucho, ya sea por ser trans, por trabajar en un comercio, por estar en boliches, o bien, de las mismas redes sociales. Estoy orgullosa de la clase de persona que soy, de todo lo que logré en mi vida y cada paso que di desde que me asumí como trans, pasando por el cambio de identidad de género, operarme, entre otras cosas”, reconoce Damicella, orgullosa de su identidad.

Además, relata que dispone de una red de contención afectiva, que fue fundamental para decidirse a avanzar en la política. «Tengo el apoyo de muchísimas personas. Hay quienes están de acuerdo con mi candidatura y otras que no, pero es más que respetable”.

La decisión de asumirse como trans

Damicella Debonis realizó su cambio de género paso a paso. Ella misma cuenta que no le fue fácil, ni a ella ni a su familia, teniendo en cuenta que no hace muchos años se comenzó a visibilizar y normalizar más la cuestión en la sociedad. “Fue muy lento, no de un día para el otro. Todo empezó por el cambio de ropa, vas probando cosas hasta que te vas animando. Todo depende de uno y por la gente que uno tiene alrededor”.

Sin embargo, aclara que no le fue fácil a su entorno. “Por mi familia, cambié de grande, no en la adolescencia. Era otra época y no me animaba tampoco, siempre pensaba en los demás antes de mí y en lo que yo quería. En un momento dije ‘basta, yo quiero ser una mujer’, y me enfrenté a la sociedad como yo quería ser».

“A mi familia le costó muchísimo, me pongo en el lugar de ellos y haber tenido un hijo que se convirtió en una mujer es fuerte, pero a su vez fue duro para mí querer cambiar y ser quien soy hoy en día. Con el correr del tiempo la familia lo fue aceptando”, desarrolla.

Precandidata a concejal, con dos hermanos y seis sobrinos, Damicella anhela poder convertirse en madre algún día, aunque reconoce que los trámites de adopción son “difíciles” de llevar a cabo.