La historia de Belén, primera piloto mujer con discapacidad de Latinoamérica que busca competir de forma profesional el año que viene
Belén Ameijenda tiene 25 años y nació con Espina Bífida e hidrocefalia, una enfermedad la cual te impide caminar, pero su caso es uno en un millón. Su vida dio un vuelco cuando descubrió su amor por el automovilismo y hoy es la primera piloto mujer con discapacidad de Latinoamérica. La joven busca poder competir el año que viene, pero para eso necesita una butaca homologada que le permita modificar su auto para poder conducirlo.
De Capital Federal y fanática de los deportes, la joven piloto contó en El Puente (Radio Mitre Rosario), que cuando nació “los médicos en ese momento se ocuparon de evaluar mi patología, y dijeron que jamás iba a poder caminar sin dar ningún tipo de tratamiento alternativo”.
Sin embargo, sus padres nunca bajaron los brazos y las vueltas de la vida hizo que Belén se topase con la persona indicada. “Mis papás eran muy jóvenes y en ese momento, cuando estaban saliendo conmigo del hospital después de recibir este parte médico, se encontraron una chica que hacía una residencia y ella fue la que se ofreció a al menos intentar ver que pasaba conmigo mediante una rehabilitación; mis papas no dudaron”, relató.
Fue así que Ameijenda comenzó a ponerse de pie hasta llegar a sus 25 años, donde puede caminar acompañada de bastones. “Los médicos cada vez que me ven me dicen que soy un libro aparte”, dice, ya que la teoría afirma que la Espina Bífida es poco probable que posibilite caminar.
Su pasión por los autos viene desde temprana edad. La joven piloto recuerda que era una costumbre familiar mirar las carreras del Turismo Carretera o de la Fórmula 1, y sin darse cuenta, despertó una pasión que la ayudó a derribar todas las barreras que se le imponían.
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“En mi familia era el deporte que se veía, el automovilismo era religioso. Después seguí mi camino de cerca al automovilismo. Cuando terminé el secundario, siempre tuve ganas de ser piloto, pero no lo veía como algo posible, entonces estudié periodismo deportivo con el fin de poder estar en un autódromo, si bien no podía estar compitiendo, que sea lo que dios quiera”, recordó.
“Cuatro años después, se me da la oportunidad de ser piloto y ser la primera a nivel latinoamericano con una discapacidad. Ojalá que esto sea el principio de algo muy lindo”, agregó.
Hoy en día, Belén obtuvo todas las habilitaciones para competir y hoy ya tiene disponible un auto en la categoría de la monomarca FIAT. Pero un detalle no menor, es que le hace falta una butaca homologada para poder adaptar el coche.
“La butaca es una butaca homologada, convencional, pero es muy importante para poder adaptar el auto mecánicamente para que yo lo pueda manejar. Si bien la butaca no tiene que ser adaptada, la necesitamos para adaptar el auto. Sin esto al auto no lo puedo adaptar ni correr”, aseguró la joven.
Es por ese motivo, que sus allegados iniciaron una campaña solidaria para recaudar fondos y lograr la butaca. Son $200 mil “que se necesitan para poder comprarla y hacer todas las adaptaciones, y si Dios quiere competir y debutar el próximo año”.
Los contactos de la joven están disponibles en su cuenta de Instagram.
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