La Fluvial: la zona más pintoresca de Rosario y una síntesis de historias con final oscuro
El caso de Carlos Daniel Orellano, el joven de 23 años cuyo cuerpo fue encontrado flotando en el río tras haber sido visto por última vez a la salida de un boliche en La Fluvial, consternó a los rosarinos y posicionó a la zona, una de las más pintorescas de la ciudad, en el centro de la escena. Horas antes del hallazgo del cadáver, Edgardo, el padre del muchacho, denunció públicamente que su hijo fue golpeado por personal de seguridad de la discoteca y cayó a las aguas del Paraná. Además, apuntó directamente contra personal policial adicional por presuntas irregularidades en la investigación.
No es la primera vez que La Fluvial se erige como escenario de hechos oscuros. En noviembre de 2016, un joven que estaba junto a un grupo de amigos dentro del boliche apoyado en la baranda de ingreso al sector VIP fue agredido por un grupo de patovicas. Luego de ser increpado por un guardia de seguridad privada, denunció que fue sacado a los golpes por una puerta lateral. «Entre tres o cuatro me empiezan a pegar puntinazos en la espalda», contó por aquel entonces el joven agredido, Isidro Llonch.
También en mayo de 2017 un joven de 21 años denunció a patovicas del local bailable, que por aquella época entonces funcionaba bajo el nombre de Moore, por haberlo golpeado ferozmente. El episodio tomó tanta relevancia que terminó con la clausura del lugar.
Seis meses más tarde se volvió a vivir un episodio violento dentro del recinto cuando un grupo de rugbiers del club Gimnasia y Esgrima de Rosario atacó a golpes a tres jóvenes y a un patovica luego de que le negaran el ingreso al sector VIP. Personal de seguridad los había retirado a la fuerza del lugar y los disturbios continuaron afuera. Entre los lesionados figuró un patovica del local que debió someterse a una operación a causa de las heridas.
Una discusión en el interior de un boliche de La Fluvial, en mayo del 2019, derivó un feroz tiroteo a la salida del lugar que dejó como saldo dos jóvenes heridos. La batahola había comenzado en el interior y las detonaciones de arma de fuego llegaron minutos después, con la gente en plena calle en medio de un marco de descontrol.
Este domingo la Estación Fluvial volvió a ser el lugar donde se desarrolló un episodio oscuro y violento tras la confirmación de la muerte de Carlos Orellano, el joven que estaba desaparecido desde el domingo por la noche bajo dudosas circunstancias y cuyo cuerpo apareció este miércoles en el río Paraná en la misma zona donde desapareció.
Familiares de la víctima habían responsabilizado horas antes al personal de seguridad y policía adicional por la muerte del chico de 23 años: «Su causa de muerte fue no ponerse la pulsera para entrar al vip, ahí le pegan un empujón, lo golpean, le lastiman la cara y él se enoja, los patovicas lo llevaron para el río y lo emboscaron, por lo tanto lo único que le quedó es estar del otro lado de la baranda frente al río, ahí no sabemos si se resbaló o lo tiraron».
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