La diputada Lilia Lemoine contó durante la sesión que fue víctima de una violación
Diputados le dio la media sanción a el proyecto para ampliar el Registro Nacional de Datos Genéticos para identificar a autores de todo tipo de delitos y no sólo los sexuales.
El proyecto de ley que busca ampliar el Registro Nacional de Datos Genéticos para que se puedan identificar a autores de todo tipo de delitos y no sólo los sexuales, obtuvo la media sanción en Diputados.
En ese sentido, con 146 votos a favor, 87 en contra, y 8 abstenciones, se girará al Senado el proyecto que busca modificar la Ley N° 26.879.
Además, según se desprende de la iniciativa impulsada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, no hace falta que el sospechoso esté condenado, ya se podrán registrar sus datos genéticos con sólo la imputación penal. En tanto los menores sólo podrán ser registrados si se los declaran penalmente responsables de la comisión de un delito.
En ese marco y al cierre del debate en Diputados, la legisladora oficialista Lilia Lemoine, contó que en el año 2006 fue víctima de una violación y agregó que todavía guarda una botella de agua de la que tomó el agresor.
En ese sentido, y poco antes de la media sanción del proyecto, Lemoine expresó: “Les pido disculpas porque me va a temblar la voz, porque los veo reírse ante una persona que fue violada hace 18 años y guardó una prueba genética”.
Luego, ahondó: “En el año 2006 yo fui víctima de violación, golpeo, y secuestro. Mi violador seguía libre y volvió varias veces a mi casa. No lo conocía, y la Policía nunca lo encontró supuestamente”.
En ese contexto, contó como conocer a la Asociación Madres del Dolor, una de las organizaciones que estuve presente durante el debate del proyecto, le permitió luchar para que otras mujeres “supieran que valía la pena defenderse y denunciar”.
Apartir de ese hecho, Lemoine aseguró que desde hace 18 años que guarda una botella de agua como prueba genética para identificar a su violador.
“No sé si sirve o no sirve, pero cada vez que el registro no se implementaba, lloraba y me preguntaba porque la burocracia se pone del lado de los delincuentes”, señaló.
Más adelante, cuestionó los efectos positivos que pueden llegar a tener las políticas de género a la hora de enfrentar a criminales: “Los cantos, bancos pintados de colores o hashtags, pueden generar conciencia, pero no atrapa a los criminales. A un violador aunque le hagas hacer un curso de la Ley Micaela, va a seguir violando”.
“El único medio para prevenir que un violador continúe violando es que tenga miedo a delinquir, necesitamos que vayan presos y nosotras podamos caminar tranquilas por la calle”, concluyó.
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