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martes 19 de marzo del 2024

La desgarradora historia de vida de Abel Ayala, uno de los actores de El Marginal

Uno de los ingredientes que convirtió a El Marginal, la ficción carcelaria de Underground, en uno de los éxitos televisivos del año, es su tono realista. Los actores tienen puntos en común con los personajes. Sus vidas se cruzan y así quedó demostrado este sábado en PH, cuando Abel Ayala, uno de los protagonistas contó su historia.

Ayala confesó que vivió una delicada situación familiar. Su madre biológica era en realidad la que él creyó durante gran parte de su vida, su hermana. «Lo que pasa que éramos muchos, muchos tíos, muchos primos, mucha gente, y no estaba claro el tema de las relaciones. En ese momento mi mamá biológica era mi hermana y mi abuela era mi mamá biológica. Era lo que ellos me decían, y yo creía eso. Después cuando me fui, cuando llegué al hogar, ahí me di cuenta que mi hermana era mi mamá», expresó.

Más adelante, reveló que vivió en la calle y luego fue trasladado a un hogar de niños donde se quedó hasta los 17 años. Allí conoció el mundo de la actuación gracias a Juan Carlos Desanzo, director de cine que convocó a un casting para la película de El Polaquito. «Me fui a vivir a Constitución, y gracias a unos asistentes sociales terminé en un hogar. Me fui a los 17 años del hogar y ya había empezado a trabajar, cuando hice El Polaquito, a los 12. Un día Desanzo (Juan Carlos, director de cine) llegó y nos reunieron en el comedor a todos los chicos, nos dijeron que estaba preparando una película sobre la vida de un pibe de la calle y que él quería trabajar con un pibe de la calle, que por eso estaba ahí».

Ayala resultó el elegido para el papel principal. “Fue increíble, porque además él me iba a buscar todos los días al hogar y la llegada de El Polaquito me abrió la posibilidad de conocer otros universos», explicó. El Polaquito es el niño de la calle que se hizo conocido en un informe de Periodismo Para Todos, el programa que conduce Jorge Lanata por canal 13.

Además, agregó: “Yo después me fui a vivir a Europa y me desconecté. La plata me la manejaba la gente del hogar, alquilé una casa gigante y era re loco, porque nos levantamos a las 3 de la mañana y si teníamos ganas de tomar helado nos íbamos a comprar helado».

Por último, dijo que volvió a su casa materna pero que la situación fue difícil. “Después volví a la casa de mi mamá, pero estuve muy poquito, no me pude reinsertar”, señaló y reflexionó: “Ellos tuvieron una vida muy dura también, y es la vida de la gran mayoría de la gente en la Argentina. Cuando no tenés un peso toda la vida se hace muy complicada en todos los sentidos, y a veces vienen hijos sin desear, y uno se encuentra con accidentes, y uno cría a sus hijos como puede… Es muy duro», concluyó.