Este miércoles por la mañana, en el Centro de Justicia Penal, inició el juicio oral y público por el crimen de Tomás Felipe «El Trinche» Carlovich. La causa tiene como principal acusado a Juan Ariel Maidana y, en segunda instancia, a Gabriel Omar Donaire. Los jueces Gonzalo Fernández Bussy, Lorena Aronne y Pablo Pinto componen el tribunal que lleva adelante el juicio.

“Junto a mi familia hoy es un día muy especial, porque este momento lo veníamos esperando hace tres años. La justicia es lenta, pero estamos seguros de que Maidana es el asesino de mi papá. Se juntan muchas sensaciones, no solamente a nosotros sino a todo Rosario porque “El Trinche” era de Rosario”, expresó, al aire del programa El Puente, que se emite por Radio Mitre Rosario, Bruno Carlovich, hijo de Tomás “Trinche” Carlovich.

Y compartió las el recuerdo de esa jornada terrible: “Ese fue lamentablemente un día inolvidable, fue una noticia terrible. Estaba acostado y me llamó la mamá de mi hija para avisarme que a mi papá le habían intentado robar la bicicleta y estaba en el Heca. Nos fuimos para allá y cando llegamos los médicos nos dieron un diagnóstico que no era para nada favorable. Tenía dos golpes grandes en la cabeza, y estaba en coma inducido. La noticia recorrió la Argentina y parte del mundo”.

Además, comentó: “No pude entrar, no puedo participar del juicio proque soy querellante y tengo que testificar. Por eso mi hermana mayor, María Laura y yo no podemos entrar hasta que no testifiquemos. Calculo que vamos a poder entrar la semana que viene”.

Sobre Maidana, el principal acusado, Bruno Carlovich, expresó: “Nosotros pedimos 25 años de prisión y la Fiscalía agrega más años por otros hechos que tiene Maidana. Arrepentimiento no tiene ninguno, porque él se declara inocente, además durante el juicio se reía. Confiamos mucho en la justicia y en nuestros abogados y la Fiscalía que tuvo un trabajo sensacional”.

“Nosotros recibimos mensajes de todo el mundo, el “Trinche” era una persona sencilla, de su barrio, de ir a la cancha de Central Córdoba, de Central y de Newell’s, no tenía color de camiseta, era de Rosario”, recordó.

“Con mi viejo siempre hablábamos de lo mismo porque yo tengo una panadería y a la mañana hago el reparto y él lo hacía conmigo. Íbamos repartiendo mirando para todos lados. Estamos viviendo en un estado de paranoia total y la inseguridad la palpábamos muy de cerca”, concluyó.