Javier Macchi: "La educación fue diseñada en el siglo XIX, es enseñada por profesores del siglo XX, y se le es impartida a alumnos del siglo XXI".
El presidente de la Fundación del Gran Rosario, Javier Macchi, habló además de como fueron los inicios de la Fundación.
Con la irrupción de las nuevas tecnologías como la masificación del internet, la puesta en escena de los celulares, y la cada vez más abundantes y peligrosas aplicaciones de inteligencia artificial, los paradigmas en la educación y la enseñanza cambiaron radicalmente, lo que obligó a los actores de la educación a buscar alternativas para poder llegar a sus alumnos.
En ese marco, el presidente de la Fundación Del Gran Rosario, Javier Macchi, pasó por los estudios de Radio Mitre Rosario, habló con el equipo de El Puente, y contó como afrontan los nuevos dilemas de la enseñanza.
En primer lugar, Macchi puso el foco en los grandes cambios que tuvo la educación: “En estos últimos 25 años hubo dos grandes cambios de paradigmas. Uno de esos fue la inteligencia artificial; pero hubo otro gran cambio que es incluso anterior, que es la forma en la que te relacionas con el alumno o tratas de entenderlo".
En ese sentido, definió la forma en la que se enseña: “Yo siempre digo que la educación que nosotros tenemos es una diseñada en el siglo XIX, enseñada por profesores del siglo XX, para alumnos del siglo XXI".
“Esa educación era unidireccional donde desde el docente se impartía una transmición de conocimiento qie va directo al alumno”, explicó.
Sobre ese punto, señaló cómo funciona el alumno moderno: “Entonces tenemos que entender que en ese proceso hay que educar a los alumnos de este momento, y los mismos son de este siglo y sus pautas. Tienen sus formas de motivarse, de manejar sus tiempo y sus emociones”.
“Por lo que pedirle al alumno que repita un concepto dado por un docente, no es algo que le motive o interese. Y esa es la gran causa de las fallas en la educación”, agregó.
En esa línea, ahondó en qué cambios se hicieron desde su espacio para evolucionar las formas de brindar conocimiento: “Una buea solución es hacer que el alumno se haga preguntas. Ni siquiera habría que plantearselas, sino que habría que inculcarselo. Por lo tanto el docente pasaría a ser un facilitador de conocimiento sino de alguien que incentiva a que se hagan preguntas”.
“En la escuela trabajamos eso con una metodología, que se llama el método de enseñanza por proyectos”, concluyó.
Inicios
Por otro lado, el presidente de la Fundación se refirió a cómo fueron los inicios del proyecto educativo que inició en los 2000, y que integró a la Escuela Raúl Arino, y a la Universidad Gran Rosario con anclaje territorial como Rosario, Santa Fe, Venado Tuerto, en la provincia.
"Por el año 1998, hubo un problema con unos estudiantes de kinesiología que estaban estudiando en la Fundación San Martín, en el instituto Michi, que le habían prometido una universidad", comenzó su historia.
Luego, continuó: “Pero cuando la CONEAU le dijo que el lugar no tenía capacidad para ser una universidad, entonces un grupo de alumnos quedaron libres y con una promesa incumplida”.
De esa manera, la imposibilidad que tenían unos pocos alumnos para continuar sus estudios, se convirtió en el disparador del proyecto de la Fundación: “Cuando eso pasó, estos chicos le exigieron al estado una respuesta, y esa respuesta la buscaron a través de la Universidad de San Martín, donde surgió este proyecto del Gran Rosario, que nos terminó involucrando al ingeniero Arino y a mí, por nuestra amistad con la institución".
En tanto, precisó cómo logró prosperar la iniciativa: “El proyecto logró prosperar por la dinámica que tiene el mismo. Convengamos que todo comenzó con quinesiología, que era una carrera que no estaba en Rosario”.
Por último, habló acerca de la visión que tienen del proyecto las personas que forman parte del mismo: “La gente que formamos y seguimos formando parte de todo esto, somos personas muy involucradas con la educación y le dimos una impronta distinta a la gestión privada, por lo que pudimos crecer con bastante sacrifico desde una fundación”.
“Hay que tener claro un modelo privado se configura en las cabezas de las personas como un negocio, pero nosotros entendemos a la fundación como algo donde se reinvierte lo producido en mejorar el sistema” , concluyó.
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