La fiscal federal Alejandra Mangano investiga si más personas participaron en el secuestro y muerte de la joven Xiomara Méndez Morales, que fue encontrada sin vida hoy luego de ser secuestrada este martes en el barrio porteño de Flores, y si se trató de una venganza.
Además, según confirmaron fuentes judiciales, la fiscal indagará mañana jueves a los dos detenidos, identificados como Luis Fernández, de 40 años, remisero, y Bruno Cortez, de 36, vigilador privado, junto al juez federal Claudio Bonadio.
No obstante, se informó que desde la fiscalía se pretende reunir más pruebas a partir de allanamientos ordenados y de los resultados de la operación de autopsia para determinar las circunstancias en las que la chica de 15 años fue encontrada muerta.
La autopsia por pedido de la fiscalía iba a comenzar hoy en el Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y los resultados preliminares estarán listos en las próximas horas.
La fiscal solicitó que para la autopsia se aplique el Protocolo para la investigación de casos de muertes violentas de mujeres elaborado por la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM) que prevé también determinar si la joven fue víctima de abuso sexual.
Según los investigadores, la fiscalía cuenta con los registros de los llamados extorsivos de los captores a su madre, que fueron muchos, y en los mismos incluso se dio a conocer prueba de vida de la chica.
Se supo que los captores pidieron inicialmente 30 mil pesos y 30 kilos de cocaína, luego bajaron la última pretensión sobre la droga a dos kilos pero sólo se alcanzó a pagar el rescate en dinero.
A los detenidos, que tienen antecedentes penales por causas de drogas, la fiscal les imputará el delito de «secuestro extorsivo seguido de muerte, agravado por haberse producido el pago del rescate y por la edad de la víctima».
La Fiscalía se encuentra llevando adelante diversas medidas con el objeto de identificar a otros posibles partícipes del hecho, así como establecer si existió el conocimiento previo entre los imputados y la familia de la víctima.
A pedido de la fiscalía, las divisiones correspondientes de la Policía Federal realizaban tareas de peritaje de las armas y los aparatos de telefonía celular secuestrados al momento de las detenciones.
En tanto, dos familiares de la adolescente afirmaron que la joven «conocía» a uno de sus captores, quien era un remisero de la zona.
