Los operativos empezaron antes que saliera el sol de este martes. Organizados por la Policía de Investigaciones, con la colaboración Gendarmería Nacional, bajo órdenes del fiscal Matias Edery los uniformados ingresaron en nueve domicilios. Llevaban dos años siguiéndole los pasos a una familia que administraba una serie pensiones clandestinas y fueron tras ellos.
«Por lo que sabemos, los negocios truchos los manejaba un hombre y sus dos hijas. Tenían armadas unas empresas falsas en Uruguay y desde ahí lavaban la plata que no podías justificar en Rosario. Movían muchísimo dinero», aseguró uno de los responsables de los operativos.
Millonarios precarios
La investigación la comenzó la fiscal Verónica Caini, en 2016. Si bien movían enormes cantidades de dinero, los dueños de las pensiones truchas no escatimaban en ilícitos. No solo alquilaban alojamientos precarios por fuera de la ley, sino que también robaban la energía con la que abastecían las pensiones. Esto permitió que las pesquisas comenzaran.
Lograron establecer que seis pensiones respondían a la misma familia y decidieron ampliar la investigación de la mano de la Policía de Investigaciones y la Dirección Provincial de Investigación Patrimonial —que depende del Ministerio de Seguridad—.
Así fue como este martes por la mañana allanaron diferentes viviendas de Zeballos al 3700, Constitución al 1500, Santa Fe al 4300, Benegas al 7800, Carranza al 3700, Cochabamba al 4000 —dos casas— y Kay al 170.
Si bien en primera instancia solo planeaban incautar teléfonos, computadoras y material de importancia para la causa, durante los procedimientos realizados en las pensiones lograron dar con un grupo de personas que tenían pedidos de captura.
“El padre de la familia tuvo muchas causas en el viejo Sistema Penal, pero siempre por una razón u otra terminaban cajoneadas o prescriptas. Hoy, con laburo judicial y policial conjunto pudimos avanzar en una gran cuenta pendiente”, cerró el vocero.
