domingo 28 de abril del 2024

Invasión de autos en las islas por la bajante del río

La zona repleta de vehículos se acumula a otros inconvenientes que se encuentran en el lugar.

La bajante del río Paraná no sólo se convirtió en un problema para guarderías náuticas realizan tareas de bragado y bombeo para que los botes puedan navegar. Pero también, ante problemas ambientales que sufren las islas, se suma la llegada de autos particulares a esta zona debido a la bajante pronunciada del río.

La bajante de las aguas producidas durante el mes de septiembre está asociada al ciclo natural del río, no se nota la diferencia con las bajantes de años anteriores. Desde el Grupo Autoconvocado «El Paraná no se toca», dialogaron con el sitio Rosario3.com y adiverten el impacto ambiental que ocasiona la llegada de vehículos a la zona de humedales e islas para la vida silvestre, la fauca ictícola y la vida de los isleños.

“Hay lugares frente a Rosario donde la bajante favorece el acceso de autos a la isla, y el hecho de que bajen con coches particulares para ir a casas o paradores de la isla forma parte de otro tema bastante más complejo: la ocupación urbana frente a Rosario, en una zona de isla bastante extensa que pertecene a la Municipalidad de Victoria”, explicó, en diálogo con el medio Rosario3 Jorge Bártoli, integrante de “El Paraná no se toca”.

Bártoli señala que acceder con autos agrega otros inconvenientes ya existentes como el desmonte, la presencia de ganado que invade predios, ocupaciones irrregulares, acumulación de sedimento, las fiestas electrónicas, la inseguridad y hasta la presencia de un matón del barrio que es considerado «el peso pesado del Paraná viejo».

La falta de presencia del estado, que debe ser de la Municipalidad de Victoria, es lo que remarca Bártoli. Falta el ordenamiento territorial y falta de autoridades. «La gente no tiene ante quien quejarse», afirmó el integrante de «El Paraná no se toca». Lo que tendrían que hacer los vecinos es empezar a juntarse, organizarse y tratar ellos sus propios problemas. Hay mucha gente que no quiere que les invadan la isla con autos. Nos vienen a contar a nosotros porque no tienen a quién recurrir”, afirma.

“Este panorama –sostiene Bártoli– es fruto del absoluto desmadre que tiene la empresa concesionaria del puente Rosario-Victoria –Puentes del Litoral SA– a lo largo de los 60 kilómetros de la traza vial, donde se evidencia falta de seguridad personal y vial, además de atropellamiento de fauna silvestre,sin ningún tipo de control. Tanto la empresa como Gendarmería son los encargados de poner orden y queda claro que no lo están haciendo como corresponde”.