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jueves 25 de abril del 2024

Invasión alienígena en las Sierras de Córdoba

Los aliens son los ilegales, los no invitados, los que se protegen en el anonimato de la noche: son luces erráticas y no identificadas en los cielos. Bienvenidos al Festival Alienígena en Capilla del Monte

 

Fue una noche en pleno verano del año 1986, en la chacra de Doña Esperanza Palliza de Gómez, en el medio de la nada, a más o menos diez kilómetros de Capilla y su Cerro Uritorco; y aunque las luces las vio toda la familia presente, fue su nieto Gabriel, de entonces 12 años, quien mejor presenció la luminosidad que sobrevoló el terreno. Al día siguiente, se encontraron con lo que pasaría a llamarse La Huella del Pajarillo —ubicada en una de las laderas del Cerro Pajarillo—, una marca de pasto quemado de 120 metros de largo y 60 metros de ancho.

Esta información llega a los pocos días, por vía de chusmerío, a la oficina del Secretario de Turismo de Capilla del Monte, quien comenzó con lo que sería: el primer tour ovni de la historia del Capilla, llevando consigo al Intendente, a su hijo, al fotógrafo municipal, a un congresista provincial y al chofer.

Fotografiaron la huella, conversaron con el niño y su familia, anotaron los testimonios, lo documentaron con la rigurosidad que pudieron. A la vuelta, Jorge Suárez, el Secretario de Turismo pasó el informe por una radio local, la información fue levantada por la Agencia Nacional de Noticias y llegó a todos los diarios, radios y programas de televisión nacional de la época. Al año siguiente, el Cerro Pajarillo se quemó en un incendio forestal, y esta vez la Huella quedó marcada pero al revés, todo estaba quemado a su alrededor, pero los pastos de la huella permanecieron intactos. Nuevamente, diarios, radios y televisoras nacionales se hicieron eco del misterio. El turismo de curiosos comenzó a llegar en hordas comandadas por Fabio Zerpa y musicalizados por los Abuelos de la Nada. Capilla del Monte les dió una cálida bienvenida, y allí estaba el Uritorco, como gran pantalla para el espectáculo. La población de la localidad se triplicó en los treinta años posteriores al famoso incidente.

El mito le cambió la vida a Jorge Suárez, después de su actividad política, dedicó sus años al evento de aquel verano del 86, y le exprimió el jugo hasta los últimos días de su vida. En 1998 fundó el Centro de Informes Ovni donde se dedicó a informar sobre este evento, participando en conferencias de ufólogos en varios países, convirtiéndolo en un «Experto en la materia», un «Investigador». En su sitio web, sin embargo, se encargan de marcar como bien dice Jorge Suárez, en sus propias palabras, «el factor turístico del asunto». En 1986 cien personas subían el cerro Uritorco al año, en el 2012 cuando falleció, lo hacían cien mil personas.

Mary Luz López, colombiana de origen y viuda de Suárez, hoy Directora del CIO, remarcará estas mismas palabras como punto final a su charla en el Estrado Principal. Antes de eso, un puñado de linternas sobre el Uritorco que suponen ser ovnis, son el espectáculo de luces, entonces: La sexta edición del Festival Alienigena de Capilla del Monte queda oficialmente inaugurada.

Foto por Ignacio Conese

Foto por Ignacio Conese

La grilla del festival incluye: proyecciones de películas como Hombres de Negro y ET, un par de meditaciones por la Tierra, una reunión de autos tuning, bandas tributo a los Beatles y a Queen, bandas de cuarteto y Los Tipitos. Entre medio de todo eso, Mary Luz con sus videos y el famoso desfile y concurso de disfraces Alien. Gratis y para toda la familia.

I Want To Believe

Después de recorrer varios kilómetros de ripio llego a un cartel que anuncia la entrada a la Gruta de Fátima, y me da la bienvenida un portón cerrado, sin candado y otro cartel promocionando los libros de Dante Franch. El menú incluye los títulos: Claves de las profecías, Los extraterrestres y el plan cósmico, Anatomía de un contacto, Erks y las ciudades subterráneas, La evacuación mundial y los cambios planetarios, y cerrando, Telepatía cósmica.

Entro y camino por un cuidado jardín que me lleva a Campo del Cielo. Aplaudo pero nadie sale a recibirme, y aprovecho para fotografiar lo imponente, un mural pintado con una nave espacial sobrevolando a Jesucristo. Un joven de nombre Marcos, flaco, calvo, en sus treintas y con acento porteño sale a atenderme, amable pero de una mirada intensa, me da la bienvenida. Ante mi solicitud de conversar con alguien que me pudiera enseñar del tema Ovni; me pregunta si quiero hablar con Dante, entusiasmado asentí y decidí esperar. Le pregunto a Marcos que hace el ahí, y me explica que el está, simplemente eso, que Dante organiza retiros, y clases y que éste es un espacio de aprendizaje, paz y meditación. Aclara que no es una secta, ni nada que se le parezca ¿y Dante Franch quién es? Un Contactado.

Dante parece más un taxista porteño de vacaciones que un Contactado. Lo que sea que signifique eso. Me saluda e invita a sentarme; sabe a lo que vengo y tiene un discurso preparado para eso, que recita sin importar mucho mis preguntas. Dante Franch también arranca por la Huella del Pajarillo, pero su relato no incluye niños locales y abuelas sorprendidas, ni tampoco funcionarios municipales. Franch dice haber establecido y coordinado previamente él mismo el contacto esa noche de verano, y que debajo de la nave estaban él y doce acompañantes, y debajo de ellos, la tierra que sería llamada la Huella del Pajarillo. La nave se posó sobre ellos, para desprender una serie de naves más pequeñas y luego irse todas volando. A él, esta inteligencia alienígena le había avisado por medio de telepatía sobre el evento, y dado las coordenadas para llegar al mismo.

Dante se disculpa amablemente luego de una breve conversación y me dice que tiene que terminar conmigo porque está en sus últimos días de descanso, y además escribiendo un libro, el número doce. Me aclara que él no vive en Campo del Cielo, sino que es del conurbano bonaerense, donde hacía refacciones hogareñas para vivir hasta que se jubiló, y que así pudo construir todo esto. Hago las paces con mi fotografía del mural sin permiso y le pido retratarlo al lado del mismo.

Capilla del Monte, una pequeña ciudad o pueblo en el norte de las Sierras Chicas, en la Provincia de Córdoba, Argentina, es un lugar lleno de Aliens. Se los puede ver en sus locales de terapias alternativas de sanación, tarots, cartas astrales, constelaciones familiares, practicando meditaciones, equilibrando chakras, y dando conferencias y charlas para un puñado de personas. Llegaron proviniendo de tierras tan lejanas como Colombia o Almagro, Bolivia o Rosario, España o La Paternal.

En un proceso, a veces difícil y violento, y otras más sutil y natural, estos Aliens se volvieron serranos, y los serranos se volvieron un poco Aliens, el pueblo lo tomó como bandera, y hace de ello algo más, lo que sabe hacer, lo que se puede permitir. El Festival Alienigena es una celebración, un poco incómoda y tirante, de un pueblo a su frikeada, a lo que originó cuando difundieron el mito; pero sobre todo es un intento más de atraer turistas cuando ya no vienen en hordas por las tapas de los diarios y las imágenes de pastos quemados.

Foto por Ignacio Conese

Foto por Ignacio Conese

Caminando entre los restos del Festival en la Techada me encuentro con un conocido que se dedica a vender paquetes turísticos y hacer excursiones, le pregunto que le parece el Festival, y me dice «la semana pasada acá no había nadie, estaba todo muerto, y ahora mirá, está lleno».

Le pregunto si siempre fue más o menos así, cuando no tenía de sponsor a Presidencia de La Nación, al Gobierno de Córdoba, al principal canal de radio y al principal canal de televisión de la Provincia. Me dice que la de este año es la mejor versión. Los comerciantes están felices.

Fuente: Infobae.