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jueves 25 de abril del 2024

Insólito: el Concejo impulsa la construcción de un monumento a Maradona, un homenaje que al Diez no le gustaba

El proyecto, que lleva la firma de todos los ediles, se aprobó este jueves. “No quiero una estatua, el día que me muera quiero que la gente me pueda saludar a mí”, había expresado el astro del fútbol.

El Concejo aprobó este jueves un proyecto que impulsa la construcción de un monumento a Diego Armando Maradona en Rosario, un homenaje que no era del agrado del Diez. “No quiero una estatua, no me gustan. El día que me muera quiero que la gente me pueda saludar a mí”, había expresado el máximo astro del fútbol mundial, que falleció este miércoles a los 60 años en una casa de la localidad bonaerense de Tigre y declaró su voluntad de ser embalsamado.

Era cantado. La partida de Maradona generaría repercusiones en todas las disciplinas y de los más variados matices. Ni lento ni perezoso, el Concejo Municipal se hizo eco del deceso del Diez y propuso que se erija una estatua para homenajearlo en la ciudad. La iniciativa, elevada por Eduardo Toniolli, lleva la firma de los demás bloques políticos, que quisieron capitalizar sus respetos al ídolo en forma de monolito.

Sin embargo, está claro que los representantes del parlamento local pasaron por alto la opinión de Maradona sobre los monumentos. “Yo no quiero una estatua, no me gustan, a veces no se parecen a la persona. No me gustan. El día que me muera quiero estar yo, quiero que la gente me salude a mí”, había expuesto el exjugador en una conversación privada, de acuerdo a lo consignado por Infobae. Pero el diálogo no se agotó en lo cotidiano. El mejor futbolista de la historia firmó un documento un mes y medio antes de morir en el que formalizó su pedido de ser embalsamado y exhibido.

“Yo, Diego Maradona, en uso de mis facultades, quiero dejar expresada mi voluntad para el día de mi muerte, que es que me embalsamen y me exhiban”, reza el escrito.

Seguramente, el cuerpo deliberativo de Rosario no estaba al tanto de la última voluntad del Diego, que dejó el vacío más grande del que se tenga registro en la historia posmoderna argentina.