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martes 19 de marzo del 2024

Infecciones de verano: otitis y conjuntivitis

Ambas se producen por pasar muchas horas disfrutando del agua en piletas o el mar y suelen afectar mayormente a los chicos de entre 7 a 12 años. “Sin embargo, nadie está exento, ni siquiera los adultos, de padecer una otitis externa (OE), patología también conocida como la otitis del nadador o de las piscinas”, explica el Dr. Juan Carlos Razetti, médico otorrinolaringólogo, miembro del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Italiano de Buenos Aires. “Se trata de una inflamación del conducto auditivo externo (CAE) causada habitualmente por una infección”, agrega.

Según explica Razetti, la humedad y las alteraciones del epitelio del CAE favorecen que la flora habitual provoque la infección. Los gérmenes más frecuentes son Pseudomonas aeruginosa y Staphylococcus aureus. “El síntoma principal es la otalgia, que puede ser muy intensa, con un dolor que se acentúa al traccionar el pabellón auricular o al presionar el cartílago que precede al CAE. Es decir, el malestar aumenta cuando se lo presiona o al tocar o mover la oreja. También puede haber secreción, fiebre y si el conducto se encuentra muy inflamado, hipoacusia”, completa.

La Dra. Lorena Belli, otorrinolaringóloga de los Centros de Diagnóstico DIM, relaciona la OE no sólo como un fenómeno estacional relacionado con el mayor uso de fuentes de agua. “Algunas personas presentan conductos auditivos más estrechos y pueden ser más propensos a tener este tipo de afecciones”, dice. Y agrega: “Otras causas posibles son la limpieza excesiva del conducto con elementos no apropiados que generan traumatismos locales”.

– Diagnóstico y síntomas

Los principales síntomas son de inicio rápido (generalmente en 48 horas) y el primero de ellos es la otalgia (dolor agudo en el oído), que suele estar acompañado de calor en la zona y dolor al masticar. También puede aparecer hipoacusia o sensación de tener el «oído tapado». «De hecho, la fiebre es mucho menos frecuente en estos casos que en la otitis media aguda», explica Belli.

«El examen físico es fundamental para certificar el diagnóstico, aunque a veces se dificulta porque el paciente tiene muy sensible y dolorida la zona y se hace difícil el examen con el otoscopio». Puede o no haber otorrea (presencia y emisión de flujo purulento por el conducto auditivo externo), aunque no es un signo necesario para el diagnóstico.

El Dr Razetti agrega que la OE suele afectar a un solo oído, es decir, ser unilateral, aunque en un 10% de los casos, puede ser bilateral (dolor en ambos oídos). “Los más graves pueden constituir una verdadera infección del tejido celular subcutáneo (denominado celulitis)”, dice el médico. “Un 10% de la población la padece en algún momento de su vida, con un pico de incidencia entre los 7 y los 12 años, sin diferencias entre sexos”, agrega.

Cuidado de los ojos

Así como debemos proteger la piel de la acción de los rayos ultravioletas, los ojos merecen un cuidado especial en la temporada estival. Y no sólo por acción de la radiación solar. Permanecer muchas horas disfrutando del agua, tanto sea en piletas de natación como en el mar o el río, puede causar irritación de la vista, lo que predispone a padecer conjuntivitis estacionales. “En verano los casos por infecciones virales de conjuntivitis aumentan hasta un 20%”, dice la Dra Betty G. Arteaga, médica oftalmóloga del Servicio de Oftalmología del Hospital Italiano de Buenos Aires. “Cada dos o tres años se producen brotes que deberíamos prevenir desde la concientización y la higiene”, afirma.

 Consejos:

– Evitemos compartir toallas y refregarnos los ojos con las manos sucias.

– Lavemos nuestra cara con agua y jabón al salir de la pileta o el mar.

– El uso de lágrimas artificiales puede ser nuestro aliado para mantener los ojos lubricados.