Lionel Messi será jugador libre a partir de este jueves 1 de julio y estará en condiciones de negociar un nuevo contrato con cualquier club en esa condición, incluyendo al mismo Barcelona, donde a 24 horas de llegar a ese inédito punto límite, siguen creyendo en la renovación pese a las dificultades económicas que sobrepasa al equipo culé.
Lo positivo que tiene el club catalán es la llegada de a la presidencia de Joan Laporta, de buena relación con Messi desde los «años dorados» del club en la primera década del siglo XXI, para reemplazar a Josep María Bartomeu, de mala vinculación con el rosarino, renovó las esperanzas de la entidad catalana en lograr la renovación contractual del máximo ídolo de la parcialidad «culé», después de aquel ya «histórico» burofax en que anunciaba su alejamiento.
Esa carta documento había sido enviada por Messi hace exactamente un año atrás, y desde entonces hasta hoy en día inclusive, se especuló con su alejamiento del club de toda su vida rumbo a dos destinos excluyentemente posibles: Manchester City de su técnico más querido, Josep Guardiola, o París Saint Germain, de sus amigos Neymar y Ángel Di María, y su compañero en la selección argentina, Leandro Paredes.
En Barcelona, medios como el diario deportivo Sport mencionan un acuerdo de palabra previo al viaje de Messi a la Argentina para jugar la Copa América, que pasaría a los papeles, según soñaba el propio Laporta, o en el día del cumpleaños de «Lío», el pasado jueves 24, o en el suyo propio de esta jornada.
Cabe destacar que, de acuerdo a la información trascendida desde los principales medios catalanes, el club culé le ofertó al astro rosarino un vínculo por dos años que incluye un par de temporadas más vestido de blaugrana, otros dos en la MLS de Estados Unidos y seis como embajador de la entidad en el mundo.
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