Hernán Drago contó detalles de la inusual terapia psicológica que lleva adelante para tratar los temas que más lo preocupan o lo inquietan en su vida, para lo que precisa de la asistencia de más de un profesional que lo siga en la evolución de los mismos.
«Estoy yendo a tres psicólogos distintos porque uno es el que me conoce de siempre. Otro es más espiritual. Y otro, más de libro. A los tres los escucho y, luego, le sumo mi impronta. La definición la tengo yo porque es muy personal», reveló el modelo en una entrevista con «Es por ahí», el programa de Guillermo Andino y Soledad Fandiño en América TV.
Haciéndose eco de esta peculiar declaración, Guido Kaczka, conductor de «Bienvenidos a bordo», preguntó: “Y escuché que Hernán Drago va a tres psicólogos, es increíble, pero ¿los tres están juntos cuando te atienden?». A lo que respondió: “No, por ahí pasan dos meses, no voy a uno y después frecuento durante 15 días a otro y después vuelvo al primero. Consulto a tres, los tres saben de la existencia de los otros, porque yo llevo y traigo. Con cada uno trato temáticas distintos».
Días atrás, Drago contó que en su adolescencia fue acosado sexualmente. “Tuve en dos oportunidades propuestas indecentes. Una fue apenas acababa de empezar a trabajar como modelo. Yo tenía 17, 18 años y fue un booker, que es la persona que se encarga de manejar las agendas de los modelos y relacionarlos con los clientes. Ya había hecho uno de los primeros castings internacionales desde Argentina y, a la semana, me llamó el booker para decirme que había quedado elegido. Y para mí era un gran logro en todo sentido: laboral, económico, tenía que viajar a Nueva York y no conocía. Me podía abrir un gran camino”, comenzó.
Y agregó: “Me vino a decir que había quedado seleccionado en un casting internacional, que se había hecho en un montón de países. Pero que no era así nomás. ´Si querés tener ese trabajo, te tenés que acostar conmigo´, me dijo. Mi booker me lo dijo abiertamente, era un hombre. Yo le contesté que me pasara los castings para los que creyera que tenía condiciones, a los que no, no me los pase. Y que no me vuelva a mencionar más nada”.
Finalmente, Hernán presentó una queja en la agencia, pero al ver que nadie tomaba cartas en el asunto, decidió dejar de trabajar ahí. «Quedó en la nada la situación, agarré mi book, me fui y nunca más volví a trabajar para esa agencia. Por supuesto que al cliente lo perdí y no hice más nada”, concluyó.
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