El 28 de julio de cada año se conmemora el Día Mundial contra la Hepatitis.
La fecha fue propuesta por la Organización Mundial de la Salud (OMS); la jornada le rinde homenaje al doctor Baruch Blumberg, quien nació un día como este pero de 1925 y fue el encargado de descubrir el virus de la Hepatitis B y desarrollar la vacuna para combatirla.
El homenaje a Baruch Samuel Blumberg (1925-2011) es tan solo el punto de partida para el Día Mundial contra la Hepatitis. Desde entonces, quedó bien en claro que el objetivo sería el de concientizar acerca de esta enfermedad y el de impulsar toda iniciativa que sirva para combatirla.
La situación actual
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) indica que, tan solo en la Región de las Américas, cada año se presentan 10 mil nuevas infecciones y 23 mil muertes por el virus de la hepatitis B.
Las cifras de la hepatitis C son aún más alarmantes, ya que ascienden a 67 mil en materia de nuevas infecciones y a 84 mil en total de muertes, siempre a nivel americano. Incluso, las estimaciones de la OPS demuestran que “solo en el 18% de las personas con hepatitis B la infección llega a diagnosticarse”, mientras que apenas un 3% recibe tratamiento.
La consigna que propone la OMS para este 2022 es: “Llevando la atención más cerca de ti”. De esta menera, se relaciona de forma directa con la problemática recién mencionada, es decir, la de la falta de diagnóstico y tratamiento.
Según la OMS, las hepatitis víricas “inflaman el hígado y provocan diversas enfermedades graves”, entre las que se destaca el carcinoma hepatocelular. También conocidas como hepatitis virales, se trata del tipo más común y es ocasionada por los virus de la hepatitis A, B, C, D y E.
¿Cómo se transmite?
Si bien cada tipo tiene sus especificaciones, a nivel general se puede decir que estos virus se transmiten de varias maneras, entre ellas el contacto con la sangre o con los fluidos corporales de otra persona y la ingesta de agua contaminada o alimentos poco cocidos.
La fiebre, la fatiga, la pérdida del apetito y las náuseas o vómitos son algunos de los principales síntomas. Otros que también se pueden presentar son: orina de color oscuro, dolores abdominales y/o en las articulaciones e ictericia.
Lo alarmante de esta enfermedad es que muchas personas la pueden padecer sin necesidad de manifestar síntomas. Sea como fuere, en algunos casos la hepatitis puede ser de corta duración y, en los más graves, se puede transformar en crónica.
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