La Organización Mundial de la Salud (OMS) atribuye al alcohol como el responsable de más de 200 enfermedades y trastornos.
De acuerdo a su composición nutricional un gramo de alcohol contiene siete calorías. Un gramo de grasa representa nueve y un gramo de azúcar cuatro.
El alcohol se acumula en forma de grasa en nuestro organismo muy rápidamente en los diferentes tejidos.
“En el caso de que un adulto consuma cuatro cervezas durante una tarde de fútbol, habrá tomado más de 12 gramos de etanol y más de 400 calorías. Si acompaña esas bebidas con una bolsa de patatas fritas, acabará tomando más de 1.000 calorías en una tarde de forma innecesaria, por lo que en seis tardes como esa habrá engordado un kilo”, señala la nutricionista María Astudillo, autora de La dieta ALEA.
Ahora bién, ¿es necesario desterrarlo o puede consumirse con moderación?
Con una o dos copas de vino o cerveza al día, se puede adelgazar, advierten los especialistas.
En un reciente artículo, Jane E. Brody, columnista de salud en el New York Times, abordaba el consumo moderado de alcohol como aliado de una dieta equilibrada:
“En un mundo en el que puritanismo o los fundamentalismos rodean al alcohol, está muy bien que el artículo refleje la realidad de la cuestión. No se trata de decir ‘alcohol sí’ o ‘alcohol no’, sino de hablar de un consumo moderado que beneficia a quienes desean acompañar su dieta saludable, con verduras, frutas y legumbres, con un poco de vino o cerveza”, sostiene el doctor Ramón Estruch, del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBEROBN) del Instituto de Salud Carlos III.
Cerveza para después del deporte
Un estudio desarrollado en la Universidad de Granada demostró que, luego de realizar actividad física, el consumo moderado de cerveza es tan efectivo como el de agua.
La investigación proveniente de una tesis doctoral desarrollada por Mónica Sofía Cervantes Borunda y avalada por el Dr Manuel J Castillo Garzón, catedrático del Depto. de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada, manifestó que, en personas habituadas a su consumo, un aporte de hasta 660 ml de cerveza durante dos horas posteriores al ejercicio es tan efectivo como el de agua.
La cerveza es producto de la fermentación de una mezcla de agua, cebada y otros cereales, y lúpulo. El nivel de alcohol de la cerveza es bajo (entre 4% y 6,5% de su volumen) y puede ser un aporte significativo para el deportista, no sólo de agua, sino también de vitaminas del grupo B, fibra y minerales (magnesio, calcio, fósforo y potasio). Además, al igual que las bebidas isotónicas, la cerveza posee carbohidratos complejos como la maltodextrina que, por su lenta absorción, facilitan una adecuada hidratación.
Deportistas que ejercitan a más de 30 grados de temperatura, en una carrera de duración promedio pueden llegar a perder hasta 2 litros de líquidos, que corresponden a más de 2% de pérdida del peso corporal total. En esta deshidratación moderada, la cerveza tiene un efecto refrescante y un poder mitigador de la sed que entusiasma al deportista facilitando su rehidratación.
Los efectos rehidratantes de la cerveza están también en la cerveza sin alcohol que, por otra parte, se puede consumir sin restricciones.