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viernes 26 de abril del 2024

Habló Luis Paz, el primer enemigo de Los Monos

Luis Paz entró a la sala de audiencias pisando firme. Mocho, alto, de espalda ancha y brazos fornidos. Mocasines marrones, pantalón de gabardina blanco y camisa al tono. Peinado hacia atrás, a la gomina, con ojeras propias de una persona ansiosa, que lleva tiempo sin descansar. Como un boxeador que observa a su contrincante previo a una pelea, acompañó sus pasos con una mirada firme hacia su flanco izquierdo. Primero divisó a los principales abogados defensores del caso: Carlos Edwards, Fausto Irure, Adrián Martinez y Carlos Varela. Luego repasó las caras de Ema Chamorro, Guille Cantero, Gordo Vilches, Mariano Salomón y Monchi Cantero, los acusados más importantes. Paz se ocupó de dejar en claro que los estaba mirando a los ojos, uno por uno.

Tal vez en ese momento repasó la tarde del sábado 9 de septiembre de 2012, cuando  lo llamaron para contarle que Fantasma —así se lo conocía a su hijo en las calles— acababa de ser acribillado en una esquina céntrica. Pero se esforzó para mostrarse entero. Se sentó en la silla de los testigos, de frente al tribunal, y comenzó con su relato verborrágico.

Con voz ronca, haciendo fuerza para emitir sonido, tiró su primer golpe. Señaló que la teoría policial de que Martín fue asesinado por una deuda con la estructura del narcotráfico es falsa. Explicó que su hijo se dedicaba a la cría de chanchos y a la compra venta de vehículos; y que los dividendos que obtenía los prestaba a terceros, para ganar un excedente. Para el padre de la víctima, sus deudores complotaron en su contra para no pagarle.

La libreta del Fantasma

Paz tuvo que ser interrumpido por el juez Ismael Manfrin en numerosas ocasiones. No podía contener su necesidad de dar detalles y, por momentos, dejaba de responder a las preguntas de la fiscalía y la defensa.

Explicó que su hijo tenía muchos clientes y que, con excepción de (la comunidad de) “los gitanos”, todos se negaron a saldar sus deudas luego del homicidio de Fantasma. Contó que Francisco Lapiana —ex representante de Ángel Correa, que está imputado en el juicio a Los Monos— le debía un millón de pesos que nunca saldó y que un amigo suyo “dueño de la panadería Distinción” tuvo la misma actitud.

Luis está seguro de que Monchi Machuca y Guille Cantero solían comprarle autos a su hijo y que tal vez ellos también están dentro de la lista de acreedores impunes.

Su relación con Los Monos

El testigo relató que Martín conoció a los Cantero en “las confiterías bailables” y que él le había advertido sobre los riesgos de relacionarse con ellos. Lo mismo le dijo a su hija Mercedes cuando comenzó su relación amorosa con Pájaro Cantero; pero ninguno de los dos le hizo caso. «Mi hijo pensaba darle a su hija a Monchi, para que sea su padrino. Hasta ese punto llegó la traición de esta gente», señaló.

Por momentos, Paz tuvo que cortar su relato para respirar y tomar agua. Había prometido no quebrarse durante su relato, pero la voz áspera se le entrecortaba.

El entregador

La muerte de su hijo le quitó a Paz «la mitad de mi vida», por eso prometió usar lo que le queda para averiguar quiénes fueron los responsables de su muerte.

Él asegura saber quién fue la persona que lo baleó, pero no tiene pruebas para acreditarlo. Lo que sí sabe es que el día del homicidio, momentos antes de ser interceptado por un pistolero en moto, Martín recibió un llamado de Diego Cuello —un hombre que hoy está detenido, señalado por la Justicia Federal como narcotraficante—, quien le pidió que pase por su casa para poder pagarle una deuda.

El padre de Fantasma no fue interrogado sobre su amistad con el Juez Juan Carlos Vienna —uno de los  principales argumentos de la defensa—. Estas preguntas llegarán el próximo martes 19 de diciembre, cuando Luis Paz vuelva a declarar por el juicio a Los Monos.