La licenciada en Nutrición Marilina Rodriguez afirma que “varios tipos de cáncer pueden prevenirse, otros pueden detectarse de manera temprana lo que favorece el tratamiento y la curación”.
Según estimaciones realizadas por el observatorio global del cáncer (Globcan), Argentina tiene una incidencia de cáncer media alta dentro de los países del mundo. En línea con esto, los principales factores de riesgo conocidos para esta enfermedad son: obesidad, infecciones, exposición a radiación ultravioleta (UV) y consumo de alcohol.
El cáncer no solo se puede prevenir sino que también se puede mejorar el pronóstico siguiendo hábitos saludables. A continuación se presentan aquellos hábitos que contribuyen a la prevención y preservación de la salud:
Lograr y mantener un peso saludable toda la vida
Consumiendo alimentos ricos en nutrientes en cantidades que le ayuden a lograr y a mantener un peso saludable, evitando el aumento de peso en la vida adulta.
Adoptar una alimentación saludable basada tanto en el consumo diario de frutas y verduras (al menos cinco porciones por día) y de legumbres, cereales integrales y frutos secos, como en la reducción del consumo de alimentos ultraprocesados como fiambres, embutidos, manteca, productos de pastelería, snacks, golosinas, bebidas azucaradas, carnes rojas en exceso, entre otros.
En el mismo sentido, los vegetales más asociados al efecto protector son aquellos cuyo color es verde, rojo y naranja, como por ejemplo, tomate, zanahoria, brócoli, coliflor, repollo, repollito de bruselas, rábano, nabo, rúcula, naranja, mandarina, limón, pomelo, ajo, cebolla. También cereales de granos enteros como, salvado de trigo, avena, arroz integral, trigo burgol y/o legumbres como, lenteja, soja, poroto, garbanzo, habas.
Mantener la actividad física
En línea con llevar adelante hábitos alimenticios que equilibren el peso a lo largo de la vida, se encuentra el ejercicio físico.
Realizar actividad física todos los días, es beneficioso tanto para la salud y cuidado del cuerpo como de la mente. Para esto se recomienda al menos 30 minutos de ejercicio al día teniendo en cuentas las siguientes recomendaciones según el rango etario:
Adultos: deberán tener actividad física de 150 a 300 minutos a intensidad moderada, o de 75 a 150 a intensidad vigorosa (o una combinación de ambas) a través de cada semana. Lo ideal es lograr o incluso sobrepasar el límite superior de 300 minutos semanales.
Niños y adolescentes: deberán tener actividad física al menos una hora a intensidad moderada o vigorosa cada día.
De esta manera se recomienda limitar las conductas sedentarias como el permanecer sentados, acostados, viendo TV u otras formas de recreación que se centran en ver alguna pantalla.
Lo mejor es no beber alcohol y no fumar
Se recomienda evitar el consumo excesivo de alcohol. Las personas que tomen bebidas con alcohol, su consumo no deberá ser mayor a una (1) bebida para las mujeres o a dos (2) bebidas para los hombres, por día. Así como también, evitar el tabaco y mantener los ambientes libres de humo.
Protegernos del sol
Es recomendable durante todo el año evitar la exposición al sol entre las 10 y las 16 horas y utilizar protectores solares y ropa que proteja la piel. Estas medidas deben extremarse especialmente en los grupos más vulnerables -niños menores de 3 años y personas de piel blanca, cabello y ojos claros.
Responsabilidad en las relaciones sexuales
El uso adecuado de preservativo en todas las relaciones sexuales reduce el riesgo de infecciones de transmisión sexual como el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), asociado con la probabilidad de desarrollar Linfoma y Sarcoma de Kaposi, y el Virus del Papiloma Humano (VPH) asociado con cáncer de cuello de útero. Es importante tener en cuenta que dado que el VPH se transmite por contacto sexual -por ejemplo, manos en contacto con zonas genitales- el uso del preservativo no evita totalmente su transmisión.
Se destaca el rol fundamental de la alimentación en la prevención y tratamiento del cáncer. En todos los casos el objetivo del plan de alimentación es que sea equilibrado en calorías y nutrientes, teniendo en cuenta en caso de estar en tratamiento, la tolerancia de cada persona y la etapa en la que se encuentre. Recuerde siempre consultar con un profesional para el armado de un plan de alimentación adaptado a sus necesidades.