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viernes 29 de marzo del 2024

Guarderías náuticas al borde del abismo por la bajante del Paraná y la crisis económica

La ocupación en Rosario llegó a superar el 90 por ciento y hoy está por debajo del 60 por ciento.

Con el freno de mano puesto viene trabajando el mercado náutico en los últimos 5 años. Los años de gloria en la época del kirchnerismo, “cuando la gente se compraba lanchas de todo tipo, se inauguraban guarderías porque se llenaban rápidamente y las ventas estaban en su pico máximo”, se terminó hace tiempo, contó a Rosario Nuestro el ex titular de la Cámara Náutica de Rosario y referente histórico del sector, Jorge Pinilla.

La realidad es que Rosario en el 2012 llegó a ser la segunda ciudad con el parque náutico más grande del país, después del Delta Bonaerense – que comprende a San Fernando, Olivos, San Isidro y Tigre-. El pico máximo se registró en 2011, cuando se alcanzó un crecimiento interanual del 20%, una cifra que superó entre un 5 y un 10% las expectativas que tenían los propios especialistas del sector.

Pero como todo lo que sube baja y no siempre lo que baja sube, es que se viene atravesando una economía de guerra en el mercado. “Este sector tiene la particularidad de ser el primero en sentir una crisis y el último en recuperarse”, explica Pinilla y agrega: “Hoy no hay ni venta ni compra, hace más de 4 años que venimos en baja y el primera parate lo sentimos cuando se cortó la importación de motores”.

Del 21 al 24 de septiembre se llevó a cabo la Muestra Náutica Rosario en el Club MOP, “para que te des una idea: no participó ningún astillero local, todos eran de Buenos Aires y, además, no se vendió absolutamente nada”, contó.

Se sabe que el ambiente del rubro “hay plata”, pero “la crisis generó que nadie quiera invertir en embarcaciones”; hay que tener en cuenta que todos los productos están dolarizados, es decir, que “no se desvaloriza lo que uno invierte, sino todo lo contario porque una lancha que uno compró hace 10 años hoy puede tener el mismo o más valor”, aunque también ése es uno de los problemas a la hora de vender.

Según relata Pinilla, “son muchas las guarderías que tienen deuda de sus clientes de hasta 70%, porque durante el año baja mucho el servicio y con la bajante aún más”. “Por ejemplo, la emblemática M&M no está operativa por la bajante porque no pudieron dragar, otra que estaba complicada era Remeros Alberdi hasta que trajeron una excavadora”.

Otro punto clave de la crisis, son las guarderías náuticas. La ocupación en Rosario llegó a superar el 90% y hoy está por debajo del 60%. “Las personas sacaron sus lanchas para evitar pagar las cuotas mensuales -son de 6 mil pesos en adelante-, por eso hay mucha capacidad ociosa”, afirma el ex presidente de la Cámara.

Sin embargo, diferentes referentes del sector -incluido Pinilla- consultados por este medio, auguran tener un verano 2020 próspero. Es que estiman que muchas familias no se irán de viaje por las vacaciones e invertirán en el mercado náutico para disfrutar del río y, así, abaratar costos. De alguna manera, esperan que el mercado pueda empezar a repuntar de a poco de este modo.

La culpa es del Paraná

No solamente las guarderías náuticas y los propietarios de diversas embarcaciones están anhelando por una pronta recuperación de la altura del río Paraná, sino diferentes mercados vinculados al agro, por ejemplo, que viene padeciendo pérdidas millonarias por la bajante histórica.

Un reciente informe de las economistas de la Bolsa de Comercio de Rosario, Desiré Sigaudo y Emilce Terré, alertó por una caída en el ritmo de embarque en los puertos de Gran Rosario.

Según el reporte, al que accedió este medio, el tránsito de mercadería desde puertos paraguayos y los fletes de cabotaje se vuelve más dificultoso y lento en el tramo sur del río, donde habitualmente navegan buques de mayor porte que requieren mayor calado. Las «complicaciones logísticas” también se producen por embarcaciones varadas, que obstruyen el flujo de navegación.

Se registran buques con demoras de hasta 10 días, tras la llegada a puerto y con la carga a bordo. «La inmovilización de barcos representa un costo diario para las empresas exportadoras que se estima entre 30 mil y 50 mil dólares, dependiendo del tipo buque y el modo de contratación”, reveló el informe de la Bolsa rosarina.