La gripe o influenza es una enfermedad viral respiratoria que se presenta habitualmente en los meses más fríos del año.
Ataca el sistema respiratorio — la nariz, la garganta y los pulmones.
La mayoría de los afectados se recupera en una o dos semanas sin necesidad de recibir tratamiento médico.
Sin embargo, niños pequeños, adultos mayores y personas con enfermedades o condiciones crónicas (cardíacas, respiratorias, renales, inmunosupresión, obesidad y diabetes, etc.), pueden tener graves complicaciones que pongan en riesgo sus vidas.
Los mayores de 65 años o que están en un grupo de riesgo, es muy importante que se vacunen contra la gripe para tener más protección durante el invierno.
Grupos de riesgo
Personal de salud / Embarazadas / Puérparas hasta 10 días de postparto / Niños de 6 a 24 meses / Adultos mayores a partir de los 65 años / Personas de 2 a 64 años inclusive con factores de riesgo.
Algunos signos y síntomas frecuentes de la influenza incluyen:
- Fiebre.
- Dolor en los músculos.
- Escalofríos y sudoración.
- Dolor de cabeza.
- Tos persistente o seca.
- Falta de aire al respirar.
- Cansancio y debilidad.
- Nariz congestionada o goteo.
- Dolor de garganta.
- Dolor en los ojos.
¿Qué son los factores de riesgo?
Son considerados factores de riesgo la obesidad, diabetes, enfermedades respiratorias, enfermedades cardíacas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, pacientes oncohematológicos, trasplantados o personas con insuficiencia renal crónica en diálisis, entre otros.
Por esta razón, con el propósito de minimizar los contactos innecesarios de esta población con el sistema de salud, así como evitar la circulación y aglomeración en los vacunatorios, se define como prioridad promover la vacunación de personas pertenecientes a estos grupos de riesgo en centros públicos o privados, sin necesidad de presentación de la prescripción médica como requisito excluyente para dicho acto.
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