El ministro de Justicia de la Nación, Germán Garavano, analizó hoy que durante las últimas décadas «la Justicia fue degradándose» y generó una situación de «poca confianza pública» que el gobierno busca «transformar».
«La justicia desde el gobierno de Carlos Menem, De la Rúa y en el kirchnerismo, sobre todo la justicia federal, fue degradándose. Fue generando una situación de poca confianza pública y es una de las cosas que hay que transformar», indicó el funcionario en un reportaje publicado hoy por Clarín.
Garavano también se refirió a la partida de los jueces Eduardo Farah (trasladado a Mar del Plata) y Jorge Ballestero (con pedido de licencia); a la relación de los jueces con las autoridades nacionales, a las prisiones preventivas y al caso Nisman.
Consultado sobre la Cámara Federal indicó que habrá un «proceso muy sano, dentro de las dificultades que tiene el sistema de justicia, el Consejo de la Magistratura y el jurado de enjuiciamiento de remover jueces».
«Se está dando un proceso de renovación, que nosotros hemos planteado desde el primer día. No se trata de hacer una persecución ni una limpieza, sino de procesos de renovación que a veces son más naturales y otras veces más exigidos por la opinión pública», sostuvo.
Garavano dijo que de esa manera «se genera una oxigenación, especialmente en los tribunales federales, que son los que más han sido cuestionados. Le voy a aconsejar al presidente que acepte las renuncias de esos jueces que se quieren ir. Después, tendrán que rendir cuentas ante los jueces penales si han cometido un delito».
En particular sobre el juez Ballestero sostuvo que «es una decisión de él» jubilarse.
«… Tiene la jubilación concedida, con lo cual él estaría en condiciones de retirarse y nosotros valoraríamos que dé ese paso al costado. Como en su momento yo lo pedí en estos mismos términos para Alejandra Gils Carbó y otros magistrados», sostuvo.
Consultado sobre si ‘se tienen que ir más jueces según el Gobierno’, el ministro respondió: «No es por el Gobierno, yo creo que es para la sociedad. El Gobierno encarna lo que es un reclamo de la sociedad».
En particular, sobre la Corte Suprema, el funcionario consideró que «está completa con cinco miembros, que es el número histórico. Creemos que eso es algo importante».
También consideró que «está en proceso de transición, donde se han incorporado dos jueces nuevos. Nos parece bien que la Corte se asiente con estos nuevos jueces. Nos parece valioso este proceso que la Corte quiere liderar en la transformación de la justicia».
Consultado en particular sobre la el pedido de juicio político a Ricardo Lorenzetti que propone la diputada Elisa Carrió, Garavano estimó que «la diputada como legisladora tiene todo su derecho a actuar en el marco de sus competencias, que están en el Congreso».
«En ese rol puede plantear el juicio político al presidente de la Corte. Son los diputados los que tendrán que analizar esa situación. Hay un pedido de juicio político al presidente Macri, hay numerosos pedidos de juicios políticos. Es algo que corresponde a las facultades propias del Congreso. Hay que tratar de involucrarse lo menos posible en los otros poderes», recomendó.
En el mismo sentido afirmó que en materia de jueces «el Gobierno no tiene listas» negras, «algo que siempre» se ha «ocupado en desmentir».
Y apuntó que «el Gobierno no tiene listas de ningún tipo y esto es algo que nos diferencia del gobierno anterior. Yo, de algún modo, he sufrido estar en una lista durante el gobierno anterior», añadió al recordar que «lo separaron de cargos de la OEA».
En otro tramo de la entrevista, se refirió a las prisiones preventivas y consideró que deben ser «algo excepcional».
«No creo necesariamente en meter presa a la gente sin que termine el proceso. Meter preso a alguien en prisión preventiva, que es meter preso a alguien antes de que esté la sentencia, tiene que ser algo excepcional y que lo tiene que evaluar cada juez», añadió.
Por otra parte, Garavano fue consultado sobre la intervención del PJ dispuesta por la jueza electoral María Servini de Cubría.
«El gobierno no tiene, ni ha tenido, ninguna injerencia. Servini de Cubría ya una vez o más de una vez intervino el Partido Justicialista y nombró interventores. Ella fue designada en el cargo por un gobierno de signo justicialista y tiene vínculos con el Partido Justicialista», analizó.
Y concluyó con que «esto puede responder más a internas del justicialismo que a otro tipo de factores externos».
Sobre la causa Nisman evaluó que «hubo irregularidades y mala praxis en esos primeros momentos. Cuando en un caso de estas características suceden estas dos cosas, el pronóstico no es optimista».
«En aquel momento dije que el rol de la justicia era acreditar si se mató o lo mataron. Hoy, dado el tiempo transcurrido y los estudios periciales que hay, lamentablemente todo indicaría ser lo segundo», sintetizó.