Si bien no hay datos precisos de cómo es la supervivencia del virus en el cuerpo humano tras la muerte, desde el ministerio de Salud de la Nación se establecieron una serie de recomendaciones y reglas a seguir en el manejo de cadáveres, aunque, desde su experiencia, las empresas prefieren extremar aún mas loas cuidados.
En tal sentido, el presidente de la Federación Argentina Entidades de Servicios Funerarios y Afines (FADEDSFYA), Jorge Bonacorsi aseguró que los cuerpos son retirados todos como si su deseso hubiese sido por Covid 19 para proteger al personal. «También hay una realidad de falta de insumos. El protocolo nacional (elaborado por la cartera de Salud) exige retirar a los muertos con una bolsa especial, pero los sanatorios no cuentan con esos materiales», agregó Bonacorsi.
«Tiene términos españoles, por lo que me di cuenta de que era copiado de España. Está muy bueno, pero algunas cosas habría que haberlas adecuado a nuestro país», manifestó el empresario fúnebre. Y a su vez, trazó un paralelismo con la situación que vivieron las funerarias, años atrás, ante la aparición del HIV: «Al comienzo era una enfermedad desconocida y en los primeros casos no se sabía si era contagiosa, por lo que se resolvió que los cuerpos no se velaban, igual que pasa ahora, y se ponían inmediatamente en una caja metálica para llevar al cementerio».
«En aquella época, en una sociedad diferente a la de hoy, muchas veces se ocultaba que la persona había muerto de HIV, por lo que las funerarias no se enteraban y no tomaban las precauciones», añadió. Y disparó que con el protocolo oficial para coronavirus, «terminaríamos muriendo todos».
A la espera del pico de contagios y de muertes por coronavirus en la Argentina, previsto para fines de mayo o principios de junio, diferentes empresas de sepelios de Rosario y la región, como de todo el país, trabajan con medidas extraordinarias para que los empleados no resulten infectados y adoptan iniciativas particulares, más allá del protocolo determinado por el Ministerio de Salud.
«Utilizamos las medidas de higiene necesarias, los trajes de seguridad, barbijos, gafas protectoras, se higieniza todo con una solución de agua, alcohol y cloro, incluso los papeles, y evitamos los contactos directos con los familiares», detalló un importante empresario fúnebre de la ciudad.
En consonancia otro colega dijo que al momento de retirar el óbito, en la mayoría de los casos, es en una morgue o guardia de hospital, por lo tanto, aunque el difunto no tenga coronavirus, “existe un gran riesgo sanitario al que se exponen estos trabajadores”.
Para que el servicio sea seguro, informaron, el cuerpo debe retirarse en bolsa de rescate, ataúd de madera y ataúd de metal y al instante se efectúa la cremación, cuestión que denuncian no está prevista por protocolo del Estado que permite que los cuerpos sean inhumados. Además, según confiaron desde el sector de sepelios, las bolsas de recate que hay en el país no son confiables, Las que se usan en España son de 800 micrones que soportan bajas y altas temperaturas.
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