Las publicidades de estos productos son tentadoras: modelos y chicas en bikini comiendo medialunas y atribuyen tener esos físicos al “polvito” bloqueador de carbohidratos.
Están hechos de extracto de alubia blanca, un compuesto que promete reducir la absorción de los hidratos en nuestro cuerpo. Actúa como inhibidor, evita que actúen las enzimas alfa-glucosidasa en el intestino delgado y la alfa-amilasa en el páncreas, impidiendo así la digestión del almidón y produciendo una menor absorción de los carbohidratos que hayamos ingerido.
¿Cómo se utilizan?
La dosis recomendada es 1 cucharadita (aproximadamente 2 gramos). Se pueden espolvorear directamente sobre la comida a ingerir. Pueden utilizarse en alimentos fríos o calientes.
Sus efectos colaterales
- Pueden provocar trastornos gástricos.
- El problema de estas cápsulas es que mucha gente cree que como bloquean una parte, podemos ponernos tibios a lo que queramos que no va a pasar nada. Y no es así, la subida de peso será efectiva.
- Los hidratos de carbono que no se absorben se acumulan y son fermentados por las bacterias produciendo gases, malestar, inflamación y afectando la flora bacteriana (que nos protege contra enfermedades).
La palabra de los especialistas
La nutricionista Eugenia Messina sostiene que “no es necesario anular la ingesta de carbohidratos porque el cuerpo los precisa. Tenemos que aprender a disfrutar de la comida y a moderar porciones. No existe ningún polvo mágico”.
Por su parte, la licenciada Candela Gabarra agrega que “las personas que consuman estos suplementos no tendrán suficiente energía para realizar actividad física porque los carbohidratos ayudan a crear masa muscular y aportan energía necesaria para realizar actividades”.
“Debemos aprender a comer sin sentir culpa. No hay que buscar soluciones mágicas cuando se trata de salud” concluye.
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