Los seleccionados de Francia, actual campeón del mundo, e Inglaterra protagonizarán desde las 16 un apasionante cruce por los cuartos de final de la Copa del Mundo, tomando en cuenta la gran riqueza individual y el funcionamiento de ambos.
El encuentro se jugará en el Estadio Al Bayt, en la ciudad de Jor, a 45 kilómetros de Doha, con el brasileño Wilton Sampaio como árbitro, asistido por sus compatriotas Bruno Boschilia y Bruno Pires y el colombiano Nicolás Gallo a cargo del VAR.
El ganador de la eliminatoria se enfrentará en semifinales al vencedor del partido que animarán previamente este sábado desde las 12 Portugal y Marruecos, en la ciudad de Al Thumamaio,
Si al finalizar los 90 minutos el partido está empatado se jugarán 30 minutos suplementarios y de persistir la igualdad el semifinalista se definirá mediante remates desde el punto penal.
Promesa de gran partido, dos potencias europeas frente a frente, con mentalidad ofensiva, cada uno con sus armas, incentivados sabiendo que es una oportunidad única.
Francia sale a la cancha conociendo que posee acaso al jugador más desequilibrante del torneo, el delantero Kylian Mbappé, goleador del mundial con cinco tantos, un dilema sin resolución hasta ahora para las defensas rivales. No hay jugador que marque más diferencia que el galo en el «uno contra uno», es una mezcla explosiva de velocidad y habilidad coronada generalmente con un remate fortísimo que es más que un pase a la red.
Pero, pese a que su figura eclipsa al resto, el equipo de Didier Deschamps no se limita al compañero de Lionel Messi en el PSG, ya que tiene como socio a Olivier Giroud, que hizo tres tantos y es el máximo anotador de los «blues» en la historia.
Francia es un equipo con exquisitos jugadores, la dupla de la zona media formada Aurélien Tchouaméni (22 años) y Ousmane Dembélé es notable, como así la zaga con Raphael Varane y Dayot Upamecano.
Es tanta la calidad y cantidad de jugadores con la que cuentan los galos que pasan «inadvertidas» las ausencias de N’Golo Kante, Presnel Kimpembe, Didier Pogba y, el Balón de Oro, Karim Benzema.
Francia en fase de grupos venció a Australia (4-1) y Dinamarca (2-1), cayendo con un equipo alternativo ante Túnez (0-1, venciendo en octavos a Polonia (3-1).
Ante tanta opulencia aparecerá Inglaterra, un equipo maduro, con la mezcla justa de la experiencia de varios y la juventud de muchos, con la urgencia de ganar un título para sumarlo a aquel lejano de 1966.
La derrota en semifinales de Rusia 2018 ante Croacia, en suplementario, y la dolorosa caída ante Italia, en Wembley, por tiros penales, en la final de la Euro 2020 (jugada en 2021) en donde los británicos fueron locales casi todo el torneo, son dos capítulos recordados.
La Inglaterra de Gareth Southgate tiene a Harry Kane, goleador y cada vez más jugador y asistidor, como estandarte de experiencia y al incipiente talento de Jude Bellingham, con frescos 19 años como elemento para quebrar al adversario.
Gran poder de gol el inglés con Marcus Rashford, Raheem Sterling (volvió de Inglaterra tras el robo sufrido por su familia), Phil Foden y Bukayo Saka, contando con un «caudillo» como el zaguero Harry Maguire en el fondo.
Inglaterra en fase de grupos venció a Irán (6-29 y Gales (3-0), empatando con Estados Unidos (0-0), en octavos superó a Senegal (3-0).
Francia es más vértigo, es fulminante, con un Mbappé que en pocos segundos destruye un sistema defensivo, mientras que Inglaterra es macizo, quizás con menor técnica, pero contundente a la hora de concretar.
La historia indica que jugaron 31 veces con ventaja inglesa de 17-9 con cinco empates. En Mundiales lo hicieron en dos ocasiones, en 1966, Inglaterra ganó 2-0 y en España 1982 los galos 3-1.
Un dato significativo y actual indica que de los últimos ocho encuentros que jugaron, Francia ganó cinco, dos empataron y solo uno fue para Inglaterra.
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