Rosario se vio engrandecida gracias a la fuerte presencia cultural que provocó la Feria del Libro durante 11 días. Del 24 mayo a este lunes 4 de junio, el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa fue visitado por más de 180.000 personas que disfrutaron de múltiples artistas.
«Recuperar la Feria del Libro para la ciudad después de 10 años nos llena de orgullo. Rosario es un faro cultural en el país y la enorme participación durante los 12 días del evento lo confirman. Las 180 mil personas que pasaron por la muestra superaron ampliamente las expectativas», expresó la intendenta Mónica Fein.
Y agregó: «Hace tiempo que veníamos con la intención de recuperar este evento que la ciudad estaba esperando, y fue cuestión de sentarnos con la Fundación El Libro y los libreros rosarinos, para rápidamente ponernos de acuerdo».
Haciendo un balance sobre lo acontecido, Fein señaló que «la feria es un encuentro multiplicador en lo cultural, pero también en lo turístico, porque atrae público de varios kilómetros a la redonda de Rosario, y en lo comercial. En un momento en el que las ventas vienen en franca caída, desde el municipio nos agrada poder apoyar con este tipo de acciones a las editoriales y librerías, fundamentalmente de Rosario, para estimular el consumo de libros y, con ello, la lectura».
Los cinco espacios dispuestos para actividades (Auditorio G, Espacio de Lectura, Área en Explanada Exterior, Sala B y Sala C) alojaron 136 eventos de todo tipo. Entre las más convocantes se contaron el acto de apertura con homenaje a Angélica Gorodischer, y las presentaciones de Reynaldo Sietecase, Víctor Hugo Morales, Claudia Piñeiro, Viviana Rivero, Dalia Guttman, Hebe Uhart, Hernán Casciari y Carlos del Frade. Con distintas propuestas y distintos estilos, el éxito masivo de estas presencias echó luz sobre la diversidad del público rosarino.
Otros destacados fueron la mesa de literatura infantil con Silvia Schujer, Ricardo Mariño y Sandra Siemens coordinada por Beatriz Actis, el homenaje a Roberto Fontanarrosa por parte de sus amigos, el unipersonal de Fabián Vena Conferencia sobre la lluvia, el show del dúo de payasos Tertulia y Oblicuo en la explanada durante el día sábado y la mesa de poetas rosarinos que supo hacer estallar la Sala C.
Un párrafo aparte merece la jornada de Mirada Joven, que desbordó la geografía del Fontanarrosa ante la presencia masiva de chicas y chicos de ocho a dieciseis años. Los jovenes asistieron en masa para dialogar con un panel de booktubers o escuchar a la youtuber escritora Pamela Stupia, quien además dio lugar a la firma de libros más extensa de toda la Feria: más de tres horas dedicando ejemplares de sus novelas juveniles 14/7 El Descubrimiento y 14/7 Fusión de Ejes.
Luciana Peker fue otra de las autoras que generó furor, llenó sala y permaneció durante largo rato firmando libros, dando cuenta del destacado lugar que han logrado las mujeres escritoras y las lecturas de género en la Feria del Libro.
En los doce días hubo un total de 64 firmas de libros, entre las cuales se destacaron por convocatoria y entusiasmo del público las de Víctor Hugo Morales, el ilustrador infantil Juan Chavetta (que dedicó cada ejemplar con una ilustración personalizada) y la escritora cordobesa Viviana Rivero.
Además, de lunes a viernes, treinta delegaciones de instituciones escolares públicas y privadas recorrieron el Fontanarrosa en dos turnos con visita guiada. De esta manera, unos 1.200 alumnas y alumnos de la ciudad y la región tuvieron la posibilidad de ser parte de esta nueva edición de la Feria, disfrutando de lecturas y espectáculos, y sumergiéndose entre los cientos de libros que ocupaban las bateas de los stands.
Pensando en 2019, Mónica Fein hizo un adelanto de cuáles son los planes para el próximo año: «Estamos pensando en extender su duración para que más gente pueda disfrutarla, y sumar más visitas de escuelas, y seguramente seguirá creciendo en cantidad de expositores, actividades y presentaciones».
Con un balance más que positivo en todos los niveles de análisis, la Feria del Libro fue abrazada con fervor por los habitantes de la ciudad y demostró que volvió a Rosario para posicionarse como uno de los infaltables de la agenda cultural local.